El vino español lucha para ganar el Reino Unido
España, con una cuota del 7,9%, ha perdido la cuarta posición en el mercado británico por la competencia australiana. El Albariño, un vino caro, empieza a estar de moda.
Cuando el rioja estornuda, España coge un resfriado. Así explica la causa del reciente bajón que ha sufrido el vino español en el mercado británico Graham Hines, director de Wines From Spain, la agencia oficial de promoción del vino español en el Reino Unido.
Entre 1990 y 1997 el vino español duplicó su cuota de mercado en el Reino Unido, el país de referencia para los países exportadores de vino. Pero a finales de 1998 empezaron a notarse los efectos de la pésima cosecha de aquel año, que disparó en hasta un 60% los precios del rioja y, como consecuencia, los de otras denominaciones de origen. El rioja, junto con el jerez, es de los pocos nombres españoles reconocidos por el consumidor británico y que suele asociar con el vino de alta calidad.
La caída de las ventas entre 1998 y 1999, de 5,44 millones a 4,84 millones de cajas, aunque no se puede calificar de desastrosa, sí fue una advertencia de que la mayoría de los consumidores británicos todavía no está dispuesto a pagar un precio elevado por el vino español.
"Si antes se vendían 1,25 millones de cajas de vino de Rioja en el Reino Unido, hoy esta cifra ha caído a un millón", dijo Hines. "Hay que tener en cuenta que el rioja representa hasta el 25% de las ventas de vino español en el mercado británico".
Este año los precios se han estabilizado en un nivel "más realista" y España se coloca en quinto lugar con un 7,9% del mercado, tras ser desbancado de la cuarta plaza por Australia. Pese a todo, Hines expresa optimismo sobre las posibilidades de potenciar las ventas en el Reino Unido, el primer mercado de Europa no por su tasa de consumo sino por el rápido crecimiento y el gran número de consumidores de vino. El precio de la uva de Rioja disminuyó a unas 150 o 200 pesetas por kilo el año pasado frente a las 400 pesetas de 1999.
El Reino Unido importa vino desde 42 países, "pero hay un lugar para el vino español si sigue mejorándose la calidad, sobre todo de las nuevas denominaciones", explica Graham Hines. "Tomemos, por ejemplo, el Albariño, un vino relativamente caro y con un nombre que los ingleses casi no pueden pronunciar. Sin embargo, a través de un gran esfuerzo de promoción, de catas, de reuniones con la prensa especializada, se está convirtiendo en un vino de moda cuyas ventas se han triplicado en cuatro años".
Los bodegueros también expresan su optimismo respecto a la evolución de las ventas de este año. "Hemos perdido mercado, pero esperamos recuperarlo", dijo Paula Zúñiga, directora de exportaciones de la bodega riojana Barón de Ley. "Los precios se han mantenido bastante moderados y el primer trimestre nos ha dado un poco de esperanza".
Pero como todos los productores españoles reconoce que el gran reto viene de Australia, cuyos vinos se prevé que pronto vayan a desbancar a los de Francia del primer puesto en el mercado británico. "Es un gran competidor que ha sabido colarse en ese hueco", dijo Zúñiga, para quien gran parte de la solución está en ofrecer más calidad al mismo precio.
Daniel Brennan, director de marketing para Europa de Private Liquor Brands, el primer importador de vino español en el Reino Unido, afirma que "lo importante es concienciar al consumidor para que sepa identificar las marcas y encontrar la manera de hacer frente al vino australiano".