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INTERNACIONAL

La parálisis política de Indonesia agrava la precaria recuperación

Indonesia emite malas señales. La recuperación económica del país, con una deuda externa estimada de 150.000 millones de dólares (27,8 billones de pesetas), está en peligro por la inestabilidad política, los bajos precios del petróleo y la desaceleración económica de EE UU.

El presidente Abdurraham Wahid, del Partido del Despertar Nacional, responderá este miércoles en un proceso en el que el Parlamento le acusa de desviar fondos estatales por valor de 6,2 millones de dólares (1,14 millardos de pesetas). Wahid ya ha anunciado que dimitirá si se demuestra la corrupción. Pero el presidente defiende su inocencia, mientras estudiantes y trabajadores se manifiestan todos los días para exigir su dimisión.

La vicepresidenta Megawati Sukarnoputri, hija del héroe de la independencia Sukarno y líder del Partido Demócrata de Indonesia, no ha dado muestras en sus 15 meses de gestión de ser una alternativa a Wahid.

La inestabilidad ha derivado en el incumplimiento de los compromisos adquiridos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que exige una política de transparencia fiscal. El FMI ha paralizado el desembolso de 400 millones de dólares, de un plan de 5.000 millones para tres años, acordado con las autoridades indonesias a finales de 2000.

Las dificultades de Japón y EE UU, que representan, respectivamente, el 21 y el 13% de las exportaciones del país, agravan aún más la situación.

El petróleo es otro factor preocupante. Indonesia produce 1,25 millones de barriles diarios de crudo. El Gobierno estima que el déficit presupuestario crecerá en 50 millones de dólares por cada dólar que caiga el petróleo. El precio medio del barril de la cesta de la OPEP fue en 2000 de 27,6 dólares, mientras que, en lo que va de año, la cotización es de 24,5 dólares.

Problema interno

Sin embargo, los analistas creen que Indonesia depende más de sí misma, que de las malas noticias económicas exteriores. "La complicada situación política está alejando a los inversores", dice Vincent Low, economista de Merrill Lynch en Manila. "El pulso entre el presidente y el Parlamento crea incertidumbres en la financiación del presupuesto que pueden dañar a la economía", afirma Ashok Bhatia, analista de Standard & Poor's en Londres.

Otros son más pesimistas: "La crisis de Indonesia es estructural. Falta madurez política, es necesario un cambio radical", comenta Yolanda Fernández, asesora del Banco Asiático de Desarrollo.

Aunque no todo son malas noticias. El Banco Mundial prevé que la inflación de 2001 estará en torno al 8%, lejos del 58% que alcanzó en la crisis de 1998, y el crecimiento será cercano al 5%, el del año pasado fue del 4,8%. Indonesia es el cuarto país más poblado del mundo, con 210 millones de habitantes. Una minoría china tiene el 80% de la riqueza, mientras que el 27% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.

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