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El pánico vendedor se apodera de la Bolsa y la hace caer un 4,13%

Hace un año las firmas de inversión sacaban en los medios a sus jóvenes más confiados y agresivos. Ahora prefieren enseñar a sus analistas más grises, experimentados y, por supuesto, escépticos. Mucho han cambiado las cosas en un año y diez días. La Bolsa está enrocada en un pesimismo que raya lo milenarista. Y, claro está, hace tiempo que entró en barrena.

El Ibex cerrará hoy una semana devastadora. Romperá nuevas referencias temporales (mayor caída en el año, peor semana en varios meses) y dejará al inversor minorista un poco más escaldado, si es posible. Ayer, el mercado cerró con una pérdida del 4,13%. Desde el jueves pasado el retroceso alcanza el 10%, a pesar de que el martes los tipos de interés bajaron medio punto en EE UU. Regresa, así, a niveles de 8.500 puntos, no vistos desde octubre de 1998. Como todos los grandes índices del mundo.

La sesión fue lo más parecido a un crash de la última oleada bajista. Y el pánico era patente, pues las ventas son ya indiscriminadas. Sin ir más lejos, en la Bolsa española se combinaban descensos más o menos comprensibles, como los de Telefónica (-5,17%), BSCH (-5,19%) o Terra (-8,34%) con desplomes sorprendentes en NH Hoteles (-6,36%), Aceralia (-7,17%) o Ebro Puleva (-9,16%). Cepsa cayó el 7%.

Por la mañana, la sesión pintaba como una más. Descensos de entre el 1% y el 2%, poco volumen y mucho abatimiento. Pero Wall Street entró en números rojos nada más abrir y desató el pánico vendedor en Europa.

Las telecos lideraron los desplomes en el Viejo Continente, con algunas (caso de KPN) cayendo más de un 8%. Las empresas de tecnología, como Philips o Siemens, acompañaron, no podía ser menos. El dolor afectó al sector financiero, y entre los peores del Euro Stoxx 50 estaban entidades como ING, ABN Amro o Axa.

Las señales de crash se prodigan también en otros mercados, como el de bonos. La renta fija de referencia sube gracias al dinero que huye despavorido del parqué, mientras se dispara el diferencial con los bonos de alto rendimiento, signo inequívoco de crisis.

¿Está justificado tanto pesimismo? Una a una se van cumpliendo las previsiones más agoreras, como la de Terra a 10 euros o Nasdaq a menos de 1.800. Quien quiera árnica, puede pensar que cada mercado bajista tiene su leve recuperación. Y que la longitud de onda del ciclo económico se ha acortado. Es decir, los cambios son ahora más violentos, pero también menos duraderos.

 

Segunda jornada con volumen alto

Por segunda sesión consecutiva en la Bolsa española el volumen de contratación superó los 2.000 millones de euros (330.000 millones de pesetas). En teoría, el mercado siempre agradece que se intercambien muchas acciones. Aunque sea, como ocurrió ayer, a precios cada vez más bajos.

En la crisis de 1998, por ejemplo, los altos volúmenes de negocio sentaron las bases de la recuperación, y en las sesiones anteriores al crash actual el mercado español registraba cifras de contratación raquíticas.

æpermil;sta es, posiblemente, la única lectura positiva. La gente compra muy barato, pero compra al fin y al cabo.No obstante, hay quien alerta de que la cifra de volumen de negocio de ayer (2.255 millones de euros, 375.000 millones de pesetas) estaba inflada por las aplicaciones realizadas desde el BSCH.

 

Los analistas, a favor de una caída de tipos en Europa el jueves próximo

Operadores, inversores y analistas se agarran a un clavo ardiendo tratando de buscar referencias esperanzadoras y a favor, siempre, de una recuperación sustancial de las cotizaciones. Los rumores corren como la pólvora. El último escuchado ayer de puertas adentro del mercado se refería a una reunión de urgencia del Banco Central Europeo para decidir un recorte por sorpresa de los tipos de interés, ahora en el 4,75%, y alinearse de este modo con los movimientos recientes registrados en Estados Unidos, Japón y Suiza.

Los analistas más prestigiosos no dieron crédito al rumor. Eso sí, apuestan por un recorte de tipos de interés en la zona euro de entre 0,25 y 0,50 puntos entre abril y mayo y la llegada de los mismos al 4% antes del verano. Toma cuerpo el sentimiento de que, en la reunión del jueves próximo, el Banco Central Europeo recortará los tipos en 0,25 puntos.

La inflación es, como dato curioso, un término que ha desaparecido de los discursos de los políticos. Algunos, co-mo Rodrigo Rato, es más, restan importancia a la situación de las Bolsas.

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