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INTERNACIONAL

El cambio de ciclo mundial echa por tierra las previsiones de crecimiento

Las instituciones privadas ya han empezado a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento para este año y los organismos internacionales harán públicas las suyas en breve. En menos de tres meses las condiciones de la economía mundial han dado un giro de 180 grados.

Anticipándose a lo que ya han ido desgranando en la misma dirección los responsables del Fondo Monetario Internacional y la OCDE, las instituciones privadas ya han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para este año, con serios recortes en la mayoría de los casos. En menos de tres meses, las condiciones de la economía mundial han dado un giro de 180 grados y, con ello, los análisis de los expertos sobre la evolución en los próximos meses también.

Si en el otoño la escalada de los precios del petróleo y las tensiones inflacionistas parecían la principal amenaza para el crecimiento mundial, hoy el alcance de la desaceleración en Estados Unidos y sus efectos sobre el resto de las economías mundiales es el foco de atención de todos los analistas.

Las medidas adoptadas por las autoridades estadounidenses, como la fuerte rebaja de tipos y el anuncio de rebaja de impuestos, deberían servir para estimular la actividad en la primera economía del mundo. Pero, como asegura Stephen Roche de Morgan Stanley, "esta vez las cosas son diferentes".

En efecto, nos encontramos ante la primera recesión de la era de la información y la primera que tiene lugar en un mundo marcado por el fenómeno de la globalización. Y no cabe duda que el cambio de ciclo que en estos momentos atraviesa la economía mundial ha supuesto una ruptura del modelo que desarrollaban también las crisis.

Las bolsas estadounidenses recibieron con fuertes subidas la rebaja de un punto en los tipos de interés en menos de un mes aplicada por la Reserva Federal y el dólar sufrió una ligera depreciación frente al euro. La alegría, sin embargo, ha durado poco en los mercados.

La semana pasada las bolsas estadounidenses y, como consecuencia las del resto del mundo, vivieron jornadas de profundas caídas afectadas por las desalentadoras noticias de la economía japonesa.

Después de diez años intentando en vano impulsar la actividad, el Gobierno japonés ha reconocido recientemente que la economía se encuentra al borde del colapso y su sistema financiero está al filo de la quiebra. La desaceleración estadounidense ha sido la puntilla final para la segunda economía del mundo, que a su vez ha agravado la situación de la primera.

En el caso de Europa, y pese al empeño de las autoridades europeas en negar la evidencia, sus principales economías también empiezan a reflejar el cambio de ciclo. Alemania, la primera economía europea, sufre una fuerte contracción de la demanda interna y una caída de las exportaciones que reducirá sensiblemente su crecimiento y con ello el del conjunto de la zona.

De hecho, la Comisión Europea estudia una revisión a la baja de sus previsiones de crecimiento para este año que hará públicas en abril y donde se constata que Europa, a pesar de las constantes proclamas en sentido contrario por parte de los ministros de Economía y del presidente del Banco Central Europeo, se verá afectada por la contracción económica mundial.

La falta de confianza en las autoridades europeas se refleja en la cotización del euro. Esa y no otra es la explicación a la debilidad de la moneda única que, frente a una economía en clara desaceleración y con tipos de interés a la baja como tiene lugar en Estados Unidos, no consigue frenar su depreciación frente al dólar.

 

África avanza más rápido, aunque con el lastre de los conyictos

Después de que el año 2000 resultara negativo para el continente africano, las previsiones apuntan a que 2001 será bueno.

Así lo cree el Banco Africano de Desarrollo que ha estimado en un 4,1% la subida del PIB del conjunto de los países, con posible aumento "hasta el 5% en los años siguientes", declaró el presidente del banco, Omar Kabaj, el pasado jueves en la Costa de Marfil.

Las estimaciones para este año se pueden ver truncadas, sin embargo, por la reaparición de conflictos en algunos países. Sucedería entonces lo mismo que el año pasado, cuando las guerras civiles en algunas regiones se sumaron a las catástrofes naturales, como las sequías o las lluvias torrenciales para mermar el crecimiento en el continente, que quedó en un 3,2%, según el banco. La desaceleración el año pasado contrasta con el 5,3% de subida que experimentó la zona en 1995.

La incidencia de los conflictos armados en las economías africanas se puede observar en la comparación del crecimiento que han registrado los países inmersos en guerras en el periodo 1996-2000 con el resto.

Así, en dicho intervalo, "los países que han continuado sufriendo problemas serios de Gobierno o guerras han visto contraída su economía a un ritmo anual del 0,2%", dijo Kabaj, quien instó a los países a terminar con los conflictos en aras de hacer posible una recuperación de la economía.

Como ejemplo, se encuentran los países, que carecen de esos problemas, cuya media de crecimiento ha sido superior al 5% en ese mismo periodo.

 

Las estimaciones para Latinoamérica caen seis décimas

La desaceleración de EE UU ya se ha hecho notar en las previsiones de crecimiento de Latinoamérica para este año. El pasado jueves, el director del Departamento para Occidente del Fondo Monetario Internacional, Claudio Loser, avanzó que el organismo multilateral revisará el crecimiento a la baja, hasta un 3,9%, frente al 4,5% estimado en su informe de octubre.

Otros estudios, como el del BBVA, también han recortado sus previsiones. El banco español ha reducido una décima la subida del 3,9% que esperaba para el conjunto de la zona, hasta el 3,8%.

Sin embargo, no todos los países latinoamericanos se verán afectados por igual. El que peor parte lleva es su vecino México, según Loser. En su caso, las estimaciones del FMI que auguraban un crecimiento del 4,8% del PIB sufrirán un duro ajuste, hasta el 3,5%. La fuerte dependencia que el comercio mexicano tiene de EE UU es la principal causa de esta revisión.

Argentina, a pesar de que su relación comercial es más estrecha con Europa, también será revisada a la baja. El Fondo rebajó hasta un 2,5% sus estimaciones del 3,7% de octubre y eso antes de los últimos acontecimientos.

Por el contrario, Brasil continúa siendo el motor de la zona. El FMI mantendrá su estimación de crecimiento del 4,5%. Desde Credit Suisse First Boston apuntan a su "baja dependencia de EE UU", y han subido un 0,2% su previsión, hasta un 4,1%. Los ojos están puestos ahora en los tipos de interés de EE UU. Un recorte podría beneficiar a los países fuertemente endeudados, como Argentina, aunque Loser reconoce no saber "cuál será el efecto" que tendrá en la zona.

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