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Iberdrola pone en venta su negocio de telecomunicaciones en Brasil

La incursión de Iberdrola en el campo de las telecomunicaciones en Brasil puede finalizar en breve. La compañía vasca ha puesto el cartel de venta a sus empresas de telefonía móvil en el país suramericano, de las que en la mayoría comparte capital con Telefónica, tras invertir más de 70.000 millones de pesetas estos tres últimos años. Las inversiones eléctricas se configuran como una posición a largo plazo en Brasil.

Kirru Artea / Tania JuanesBilbao / Madrid

La compañía eléctrica presidida por Íñigo Oriol ha dado un vuelco a su política en el negocio de las telecomunicaciones en Brasil. Sus participaciones en Iberoleste, SPT Holding, Sudestecel y TBH está previsto que abandonen a corto plazo el balance de la empresa eléctrica vasca.

Iberdrola, a través de Iberdrola Energía, aceleró en 1998 su presencia en el sector de las telecomunicaciones en Brasil con una inversión de más de 12.000 millones de pesetas en Telesudeste Celular Participaçoes. Suponía un intento de consolidación en la citada actividad que no había abordado en España, al contrario que otras eléctricas, como Endesa y Fenosa, que se mantienen en Auna, tras lograr plusvalías por sus inversiones anteriores.

Pasado 1998 y tras invertir 70.0000 millones de pesetas, Iberdrola fue tomando posiciones en sociedades en Telebrasil SUL, Telest y Telerj. Iberdrola sólo tiene un control mayoritario, con el 62% del capital, en Iberoleste.

Estas compañías, casi todas procedentes de la escisión de Telebras y que fueron privatizadas, operan en zonas como Bahía, Sao Paulo, Río de Janeiro y Espirito Santo. Es decir, las citadas filiales están presentes en algunos de los Estados del gigante suramericano con mayor renta per cápita, pero también en otros con niveles inferiores, pero que cuentan con posibilidades de crecimiento.

Fuentes del sector aseguran que el comprador natural de estas participaciones es Telefónica, la primera operadora de Brasil tras su alianza con Portugal Telecom, operación en la que no participó la eléctrica vasca.

Y es que en la mayoría de las sociedades en las que Iberdrola quiere abandonar su accionariado está presente la empresa presidida por César Alierta, una compañía que quiere crecer todavía más en el mercado de ese país latinoamericano.

Sin embargo, la eléctrica vasca está abierta a otras ofertas, es decir, a las le sean más rentables. En esta línea, las mismas fuentes afirman que Iberdrola, dada la importancia creciente del negocio de las telecomunicaciones, ha presentado o prevé presentar su cuaderno de venta a otras operadoras.

Iberdrola había reorganizado su participación accionarial en el sector de telecomunicaciones en Brasil a lo largo de 1999, con la escisión de Telebrasil SUL en las sociedades SP Telecomunicaçoes y TBS Celular Participaçoes, en las que se mantuvo la actividad del grupo. Además, tras esta transición se mantuvo la inversión total realizada.

La incursión de la eléctrica vasca en el mercado brasileño le llevó a alcanzar, junto a Telefónica, un acuerdo con el Gobierno de ese país para la suscripción de deuda. La empresa vasca asumió papel emitido por el Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social por importe de 266 millones de dólares, que fue utilizado para hacer frente al pago aplazado del 60% del precio de compra pactado por varias de las participaciones adquiridas. Posteriormente, Telefónica e Iberdrola acordaron el anticipo de parte de la deuda externa emitida por Brasil.

Participaciones

Ahora la empresa vasca, que había considerado convertirse en una multiutilities en los Estados de Brasil en los que tiene diversas posiciones, mantendrá sus participaciones en el área eléctrica en ese país, como en Bahía y Pernambuco. Y precisamente éstos fueron consideradas como algunos de sus atractivos por Endesa en el momento en que ambas empresas negociaban su fallida fusión.

Iberdrola ratificó en el pasado año un plan de inversiones en el exterior de 400.000 millones de pesetas con destino prioritario a México y Brasil. El área internacional debería aportar al beneficio neto consolidado del orden de los 30.000 millones en el año 2004.

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