China permitirá a sus ciudadanos operar en el mercado para extranjeros
A partir del lunes que viene los chinos podrán comprar y vender acciones de empresas del mercado B, hasta ahora reservado a los inversores extranjeros y en el que las compañías cotizaban en divisa convertible. Este anuncio, hecho público ayer por el regulador del mercado chino, ha revolucionado a la comunidad financiera de ese país, y la medida ha sido tomada como un primer paso para la apertura total de las Bolsas chinas.
Los mercados B de Shanghai y Shenzhen permanecerán cerrados hasta el próximo lunes, fecha en la que entrará en vigor la nueva medida y en la que se espera una fuerte subida del índice. Según la nueva norma, aquellos chinos que posean divisas de forma legal podrán abrir cuentas para operar en una Bolsa reservada hasta ahora sólo para extranjeros.
Los analistas creen que este movimiento potenciará la liquidez de un mercado que en sus 10 años de historia no ha sido capaz de atraer el interés exterior. En el mercado B cotizan tan sólo 114 compañías, muchas de ellas de poca calidad y con una alta volatilidad. A pesar de ello, esta Bolsa fue la que más ganancias se anotó en todo el mundo durante el año pasado, gracias a los inversores locales, que, usando pasaportes extranjeros y cuentas abiertas en otros países, se las arreglaban para esquivar la regulación china e invertir en estas compañías.
La capitalización bursátil de las Bolsas B de Shanghai y Shenzhen es de 6.905 millones de dólares, una cifra irrisoria en comparación a los 550.000 millones de dólares de valor de mercado que suman las compañías que cotizan en los mercados A, al que sí tenían acceso los chinos, pero no los extranjeros.
La decisión del regulador es vista por los banqueros de la región como el último paso a una apertura definitiva de las Bolsas chinas, que culminaría con la unión de los mercados A y B y la libertad de compraventa, tanto para extranjeros como para inversores locales.