400.000 reses de 30 meses llegaron a la cadena alimentaria el año pasado
Unas 400.000 reses mayores de 30 meses y sin analizar pasaron a la cadena alimentaria en 2000, ya que durante ese año no eran obligatorios los test priónicos que la Unión Europea ordena que se hagan desde el pasado 1 de enero. De esa cantidad habría sido consumido aproximadamente un 20% en España y el resto en Francia, principal receptora de nuestro vacuno cuando los mercados estaban normalizados. Por otra parte, la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, aseguró ayer durante su intervención parlamentaria que no tomará medidas cautelares al margen de la Unión Europea.
La cabaña ganadera española de r endimiento lácteo mayor de 30 me-ses suma 1.200.000 animales, según fuentes de la Unión de Pequeños Agricultores. La cabaña de rendimiento cárnico, por su parte, de esta misma edad es de 1.700.000 animales. El porcentaje de sacrificio anual en cada uno de los dos apartados fue en 2000, de media, de un 20% en vacuno de leche y de un 7% en vacuno de carne. Según estas deducciones, los sacrificios para el consumo de carne de animales mayores de 30 meses fue de unos 350.000 animales.
Otro dato procedente de la asociación de mataderos Asocarne cifra en 8.000 los sacrificios semanales de bovinos de más de 30 meses de edad que se han registrado de media en 2000, lo que arroja una cifra de 416.000 animales sacrificados a lo largo del año. En un porcentaje muy alto, esta carne se exportó el pasado año a Francia, país en el que sí valoran enormemente la calidad de este producto.
Todos estos sacrificios, cu-yos canales llegaron a la cadena alimentaria, se realizaron el pasado año sin que se efectuaran test priónicos previos. Estos análisis han sido impuestos por la Comisión de Agricultura a partir del pasado 1 de enero.
En función de la relación entre test realizados hasta ahora (entre 15.000 y 15.500 a falta de que alguna comunidad autónoma no lo haya comunicado al Ministerio de Agricultura a última hora) y los positivos aparecidos, un total de 17, se puede aventurar que podrían haber pasado a la cadena alimentaria reses infectadas con la enfermedad. Ayer se dio a conocer un caso nuevo, calificado todavía como dudoso, de una res enferma sacrificada en el matadero extremeño de Coria.
Lo primero, la salud
La ministra de Sanidad, Celia Villalobos, abandonó ayer la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados sin responder a ninguna de las preguntas que sobre salud pública le hicieron sus señorías. Villalobos, que como aseveró Francisco Frutos (IU), "es una experta en el regate corto", quiso vengar el severo juicio que la oposición, y más concretamente el Partido Socialista, tuvo para sus declaraciones sobre los mataderos clandestinos y el caldo, recordando las últimas actuaciones inspectoras de la Guardia Civil que ha levantado acta de infracción en el 73% de las inspecciones realizadas el año pasado y la decisión de la UE de prohibir, finalmente, el espinazo.
Pero nada dijo la ministra más allá de lo que ya se conoce en estos momentos sobre la enfermedad en humanos y las cautelas adoptadas por su departamento para evitar su transmisión, sobre las medidas que se van a tomar a partir de ahora en farmacovigilancia, sobre qué dicen los científicos españoles de la posibilidad de que la EEB se trasmita a a través de la sangre, sobre cuándo se va a legislar para que la variante humana de la Creutz-feld-Jacob sea declarada enfermedad obligatoria.
Es más, la ministra aprovechó su intervención para recordar que las competencias en salud pública y en agricultura están cedidas desde hace algunos años a las comunidades autónomas, y que la labor de su ministerio es la de coordinación.
La portavoz de CiU, Zoila Riera, pidió más créditos para realizar las labores autonómicas de prevención. No tuvo respuesta de la ministra, que se limitó a señalar: "Señora Riera, siempre terminamos hablando de dinero".