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El BIS recomienda que las entidades juzguen su propio riesgo crediticio

El Banco Internacional de Pagos (BIS) tiene previsto recomendar hoy a los bancos privados que determinen por sí mismos cuánto dinero necesitan provisionar para cubrir los créditos morosos.

Fuentes de la institución internacional, el principal foro mundial en materia de supervisión bancaria que tiene sede en Basilea (Suiza), adelantaron al diario Financial News que el organismo supervisor permitirá a las entidades financieras que calculen los riesgos provenientes tanto de la concesión de créditos como de los bonos o de la compraventa de derivados.

Preocupación del BIS

No es ésta la primera vez que el Comité de Supervisión Bancaria del Banco de Basilea, que depende del BIS, se preocupa por el capital de las entidades financieras. El organismo ha mantenido que el capital que aportan los bancos ha de tener relación al riesgo que asuman. Actualmente, el BIS obliga a las entidades financieras a tener unos recursos propios mínimos equivalentes al 8% de los riesgos contraídos.

Esta recomendación del Banco de Basilea va en consonancia con la circular difundida por el banco de España, que entró en vigor el pasado 1 de julio, que crea una nueva provisión, llamada estadística, cuyo objetivo es que bancos y cajas guarden ahora parte de los beneficios obtenidos para cuando repunte la morosidad. En dicha circular del Banco de España, se establece la posibilidad de que si una entidad financiera dispone de un instrumento de control riguroso homologado por el banco central español, no tenga que satisfacer las provisiones recogidas en la circular.

El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea nació en 1975, formado por los bancos centrales de Alemania, Canadá y EE UU, entre otras instituciones. El pasado 9 de enero, el organismo internacional anunció que España ingresará a partir del próximo 1 de febrero en el Comité de Supervisión Bancaria de la organización internacional como miembro de pleno derecho.

El grupo de trabajo por el Banco de Pagos estipuló ayer, por otra parte, 10 normas para hacer más robustos a los sistemas de pagos en todo el mundo y conseguir así que sea más difícil transmitir las tormentas financieras domésticas a los mercados internacionales.

Los principios son parte de una gran cantidad de pequeños pasos que los reguladores internacionales están diseñando para tratar de aislar a los países del peligro de "contagio" durante una crisis, y presta especial atención a los países emergentes.

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