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MEDIO AMBIENTE

La crisis de las 'vacas locas' dispara la demanda de carne de vacuno ecológico

La llamada crisis de las vacas locas ha disparado las ventas de carne de vacuno ecológico, que se han duplicado desde el pasado mes de noviembre. Algunas empresas aseguran que no pueden atender la demanda de los restaurantes y que han aumentado los pedidos telefónicos. Los precios no han sucumbido y se mantienen un 15% por encima del que tenía la carne no certificada antes de la crisis.

Una vaca ecológica sólo come pastos que, a su vez, no han sido tratados químicamente. El animal nunca sufre antes ni durante el sacrificio ni recibe tratamiento antibiótico para las enfermedades. Además, lo certifica un comité de agricultura y ganadería ecológica presente en cada comunidad autónoma. En medio de una crisis como la de las vacas locas, la ganadería vacuna ecológica, aún casi residual, está a punto de convertirse en un maná.

La empresa sevillana Pariente Carnes con Origen, dedicada a la producción y distribución de carnes de vacuno ecológico, ha duplicado las ventas desde noviembre de 2000, cuando la crisis de las vacas locas salpicó España con los primeros casos de la enfermedad.

Pariente ha pasado de vender dos toneladas de carne ecológica al mes entre enero y noviembre de 2000 a 5,5 toneladas durante el mes de diciembre. Asegura que los que pueden certificar la calidad de sus carnes han experimentado un crecimiento similar.

La demanda de las demás reses españolas criadas con pastos de forma extensiva (esto es, igual que las ecológicas, pero sin certificado de ausencia de tratamiento químico) también aumenta, sobre todo gracias al sector de la restauración. Pariente vende carne de las variedades Retinta y Berrenda en restaurantes de toda España. Ahora la empresa tiene que decir que no puede abastecerlos a todos.

Los precios de la vaca ecológica se mantienen a una media de 550 pesetas el kilo, llegando a picos de hasta 1.800 pesetas el kilo de solomillo. Esto supone un 15% más de media que la carne de una vaca normal antes de la crisis. La catástrofe ha ahondado la diferencia. Los precios del vacuno no ecológico que no puede demostrar su crianza con pastos han descendido un 20%, colocándose en unas 400 pesetas el kilo y unificando las vacas flacas tanto para los ganaderos que alimentan con pasto como para los que no han hecho los deberes y crían con piensos.

Esto se debe a que la mayoría de los ganaderos han estado usando los canales de distribución tradicionales, que, en su mayoría, no se han ocupado de distinguir de cara al mercado entre las vacas criadas de forma natural y las alimentadas con piensos. La Unión Europea y el Gobierno español se esfuerzan por acelerar la puesta en marcha del carné de identidad de la vaca, que certifica su procedencia y su alimentación.

Si lo consigue, España puede ser una de las grandes beneficiadas en Europa de la crisis. Restaurantes y grandes superficies de todo el continente se vuelcan ya en la carne de vacuno español tradicional, que nunca ha sido tratada con piensos debido a que a los ganaderos les sale más barato producir ganado extensivo. Los precios que el criador paga por la cebada son de 18 pesetas el kilo y de 21 pesetas por el trigo, que suelen ser inferiores a los precios del pienso elaborado a partir de harinas cárnicas.

Multinacionales interesadas

Carrefour ya ha intentado cerrar al menos un contrato con un ganadero ecológico sin éxito, debido a que el productor tiene ahora la sartén por el mango y exige márgenes superiores a los que acostumbra a ceder el departamento de compras de una gran superficie. Fuentes del sector aseguran que las multinacionales francesas de la distribución ya se están llevando camiones de prueba de ganado ecológico español.

Según los últimos datos del área de agricultura y ganadería ecológica del Ministerio de Agricultura, en España existen más de 600 explotaciones de vacuno ecológico. Si la media de crianza es de unas 2.000 cabezas, el país dispone de al menos 1,2 millones de vacas ecológicas o, lo que es lo mismo, 240 millones de kilos de carne con absoluta garantía para el consumidor.

 

La reconversión de una explotación

a la crianza verde necesita dos años

Una explotación de vacuno de carne que quiera pasarse al método de producción ecológico deberá abordar una serie de cambios y reunir una serie de requisitos, entre los que el catedrático de Veterinaria de la Universidad de Córdoba, Clemente Matas, señala los siguientes:

Se debe aplicar un periodo de conversión de dos años a las tierras de pastos. Hay que asegurar una alimentación basada exclusivamente en recursos de las propias fincas, facilitándoles el acceso directo a los pastos (pastoreo), favoreciendo la rotación de parcelas (vacíos sanitarios) y potenciando la diversificación y rotación de cultivos (alternancia y barbechos).

Hay que evitar cualquier tipo de daños a los animales en el manejo diario, incluido el transporte. La vaca necesita insensibilización previa al sacrificio.

El ganadero debe practicar una sanidad preventiva mediante un manejo apropiado de las reses, con establos o refugios adecuados al clima, y una alimentación equilibrada. Si apareciese un proceso patológico, hay que utilizar prioritariamente un tipo de medicina alternativa evitando en todo caso la administración de antibióticos al animal.

Sólo en el caso de que esta terapia fracase y peligre la vida del animal se puede recurrir al tratamiento con medicamentos convencionales. Pero el animal así tratado debe ser apartado inmediatamente de la comercialización bajo la etiqueta de ecológico.

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