El secretario del Tesoro de EE UU, Paul O'Neill, envió una carta el pasado día 6 al ministro de Economía ruso, Alexei Kudrin, presionándole para que hiciera frente al pago de la deuda contraída por su país con el Club de París, que asciende a 8,6 billones de pesetas. La misiva pudo ser crucial para que el Gobierno presentara un nuevo Presupuesto que ahora discute la Duma y que corre el riesgo de provocar una crisis política.
Los israelíes eligen hoy al primer ministro del país y de las urnas saldrá no sólo el jefe del Gobierno, sino la voluntad de la población en torno a las negociaciones de paz con los palestinos. Ariel Sharon, el candidato de la derecha, aventaja en más de 20 puntos al laborista Ehud Barak en las encuestas. Su victoria podría implicar un retroceso en las negociaciones.
En marzo se iniciará la construcción de la segunda petroquímica que Cepsa implanta en el Estado canadiense de Quebec, con una inversión de 83.000 millones. La empresa española tendrá, a través de su filial Interquisa, un 51% en el proyecto, lo que supondrá una inversión de 42.500 millones de pesetas, mientras que el 49% restante lo aportará la sociedad estatal quebequense SGF, con la que comparte otra fábrica.
El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, pidió ayer a los países industrializados que eliminen las barreras impuestas a los productos exportados por los países más pobres del planeta, en su mayoría ubicados en Asia y África subsahariana.
Aunque los últimos datos
de coyuntura conocidos de Japón, como el paro, el consumo o la actividad industrial, aportan pesimismo,
el indicador sobre el futuro confirma que el país continúa en la senda del crecimiento.
La confianza de los consumidores en la evolución de la economía japonesa atraviesa malos momentos, aportando más evidencias del riesgo de recesión que soporta Japón, un país en el que el consumo privado absorbe el 60% del producto interior bruto (PIB).
El año 2000 resultó pésimo para la divisa japonesa. El yen reflejó los temores de que Japón sufra una recesión y registró la primera caída anual en tres años. Frente al dólar el descenso fue del 10%, y con respecto al euro, del 3%. Los datos sobre el empleo y el consumo familiar, conocidos la semana pasada, no hicieron más que agravar su hundimiento.