Fundación BBVA Microfinanzas: digitalización para emprendedores de escasos recursos
Estrategia para acercar la tecnología a los pequeños negocios que necesitan apoyo y financiación, contribuyendo a la reducción de la pobreza en cinco países de América Latina
En la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA), entidad sin ánimo de lucro creada por BBVA en 2007 en el marco de su responsabilidad social corporativa, son conscientes del importante papel que juega la inclusión financiera en la reducción de la pobreza. De ahí que centren su labor en apoyar a emprendedores en situación de vulnerabilidad, excluidos del sistema financiero, que tienen un pequeño negocio y que necesitan financiación, y los acompaña en el tiempo para que ese negocio vaya creciendo y mejorando las condiciones de vida de las familias.
Así, atienden a casi tres millones de emprendedores de escasos recursos en cinco países de América Latina (Colombia, República Dominicana, Perú, Chile y Panamá) a través de sus cinco entidades microfinancieras.
Crédito, apoyo y formación
Creen que la clave es conocer qué necesitan realmente, cuál es su realidad socioeconómica, y ofrecerles, además de crédito, otros productos, como capacitación, redes de apoyo, ahorro o microseguros.
Uno de los objetivos principales de la FMBBVA “es fomentar una mayor digitalización y el uso de internet en los negocios de los emprendedores a los que atendemos para que puedan incrementar sus niveles de ventas e ingresos”, explica Javier M. Flores, director general de la fundación, quien también recuerda que, además de ofrecerles financiación, “buscamos el fortalecimiento de sus emprendimientos y su bienestar personal y familiar”.
En ese sentido, contribuyen a reducir la brecha digital de estos pequeños emprendedores, apostando por la formación guiada que ofrecen los asesores de la FMBBVA, de forma presencial y digital, en contenidos como habilidades digitales y empresariales, además de educación financiera, y reduciendo asimismo la brecha de conectividad en zonas sin acceso.
Para paliar las carencias formativas de estos hombres y mujeres, las entidades de la FMBBVA cuentan con programas formativos y plataformas online de formación abiertas y gratuitas, donde los emprendedores aprenden a hacer un balance de cuentas, educación financiera, hábitos de ahorro o habilidades digitales.
Edith Elgueta ¿Apicultura en el desierto...? Prospera gracias a la tecnología
En mitad del desierto chileno de Atacama. Allí, en Arica, muy cerca de la frontera con Perú, vive la emprendedora Edith Elgueta. Se dedica a la venta de miel y propóleo que sus abejas extraen de la flora nativa que crece gracias a acuíferos subterráneos.
Un día decidió que no quería vivir en un entorno urbano con contaminación; vio una oportunidad de negocio y dejó su trabajo de funcionaria municipal para dedicarse a la cría de abejas. Así nació Colmenares Pío Martín, negocio que intenta sea lo más sostenible posible.
La producción de miel, que recolecta según los ciclos lunares, es 100% natural y sin metales pesados. Ha ganado reconocimientos y certificaciones nacionales e internacionales y vende también para el extranjero.
En esas latitudes la conectividad es imprescindible para relacionarse personal y comercialmente, así que usa la plataforma formativa gratuita online que Fondo Esperanza, entidad chilena de la FMBBVA, pone a disposición de más de 112.000 emprendedores, y hace cursos de gestión administrativa, control de stock o contabilidad.
“Es importante invertir en tecnología. Estoy en una zona inhóspita, pero me conecto… y vendo y me conoce gente de todo el mundo”, cuenta Edith.
Para ella, el binomio tecnología y formación está siendo fundamental para hacer crecer su negocio, en clientes y en rendimiento.
Celia Mosquera Rehacer su vida con un negocio que recupera cultura y raíces
Para la emprendedora colombiana Celia Mosquera, su negocio de cosmética natural es mucho más que una forma de ganarse la vida: le ha permitido salir adelante junto a su familia, dejando atrás un barrio que daba cobijo a población desplazada para instalarse en el municipio de Tumaco, un sitio más seguro y con oportunidades para trabajar.
Celia y su madre, indígena de la etnia awá, vieron una oportunidad de negocio en rescatar las recetas y fórmulas ancestrales y los sobanderos (masajes terapéuticos con fines curativos), herencia cultural exclusiva de la comunidad afro, a la que pertenece su padre.
Así crearon Altamisa Tradicional, un emprendimiento de cosmética ancestral preparada con plantas medicinales y frutas que se dan en la región, algunas cultivadas por ellas y otras compradas a mujeres de las veredas.
parte del programa Emprendimientos Productivos para la Paz (Empropaz), de Bancamía, la entidad colombiana de la FMBBVA. Gracias a este programa, recibió un crédito semilla con el que adquirió embalajes, etiquetas y tarjetas de presentación y ha comprado un horno deshidratador, una estufa industrial y un destilador de aceites naturales.
Acaba de licenciarse en Etnoeducación y Desarrollo Comunitario. Quiere dar empleo a mujeres cabeza de hogar de Tumaco. Su sueño es dedicarse a tareas más estratégicas del negocio y seguir creciendo.