Sulawesi, la isla donde la muerte es una fiesta
Para los submarinistas es también el paraíso
Desde el aire, la isla de Sulawesi se divisa en forma de cuatro penínsulas desmadejadas, entre las cuales surgen innumerables islotes rodeados de mares de intenso color turquesa. La imagen semeja una ficha de puzle. A un lado, se reconoce el archipiélago de las Molucas y al otro, el gran atolón de Borneo. Cuanto más nos acercamos a tierra más espectacular se vuelve el paisaje, de un verde intenso, en el que destacan sus terrazas de arrozales.
Descubiertas por los portugueses en 1512 y bautizadas como las islas Célebes, su historia está vinculada a piratas, a ricos yacimientos de hierro en torno al lago Matano y a grupos étnicos autóctonos que dan nombre a una región.
Adentrarse en la zona de Tana Toraja, entre montañas y fértiles valles al sur de Sulawesi, no les defraudará. Allí viven los torajas, uno de los grupos indígenas más inconfundibles de Indonesia, que mantienen prácticamente intactas su cultura, sus creencias y antiguos ritos animistas, muchos de los cuales giran en torno a la muerte y su celebración. Todo, entre ellos, parece tener un significado.
CASAS Y BÚFALOS
Lo primero que le llamará la atención al llegar a un poblado toraja es la construcción de sus casas tradicionales (tongkonan), en la que destacan sus tejados, que imitan una gran cornamenta de búfalo. De madera, estrechas, altas y con apenas ventanas, están levantadas sobre pilares para evitar que se inunden cuando llueve torrencialmente. El número de peldaños en la entrada de las casas, siempre orientadas al norte, o la cantidad de cuernos de búfalos colgados indican la posición jerárquica de la familia en la escala social.
Asombra el reducido espacio del interior en comparación con la estructura exterior de la vivienda. Por dentro, la casa está dividida en tres niveles. Bajo cubierta se guardan el ajuar y las cosas más preciadas de la familia; el segundo nivel de la casa se usa como vivienda y lugar de reunión familiar, y debajo se guardan los animales. Este modo de distribución tiene que ver con las propias creencias torajas, que dividen el mundo también en tres niveles. La tierra ocuparía un lugar intermedio, donde habitan los humanos; por encima vivirían los dioses y los ancestros, y en el nivel más bajo y oscuro, los animales. Frente a cada casa se coloca el alang, granero de arroz, que también simboliza la riqueza de la familia.
No tema confraternizar con los lugareños; estarán encantados de invitarles a sus casas y entablarán una animada conversación, aunque no sea en el mismo idioma, pero sea respetuoso con su privacidad. Los niños les seguirán felices y juguetones durante todo el tiempo que dure su visita al poblado.
CON EL CADÁVER A CUESTAS
Las ceremonias funerarias torajas se han convertido en un importante atractivo turístico de esta región y es una cita obligada para cualquier viajero que visite Sulawesi. Una pequeña ofrenda o donativo será suficiente para que ocupe un discreto lugar durante la celebración entre los allegados del difunto. Durante las honras fúnebres no verá lágrimas ni tristeza, sino todo lo contrario. Una algarabía de gentes, colores, olores y sabores lo inundará todo.
Cuando una persona fallece, se inician los preparativos de su funeral, que pueden durar meses durante los cuales el difunto permanece en la casa familiar conservado mediante procesos naturales. La familia costea la fiesta, que dura varios días y tanto familiares como amigos del difunto vestirán sus mejores galas en un desfile incesante en el que se cuentan anécdotas y se relata la vida del fallecido, a veces, en clave de humor, para regocijo de los invitados.
Durante los fastos se sacrifican cerdos y búfalos –lo más desagradable a la vista de un occidental– y cuantos más, mayor escalafón social. La carne de los animales se reparte entre los invitados y cada familia cocinará sus platos, generalmente servidos en hojas de bambú con verduras, especias y arroz. Le invitarán a degustar el manjar y a brindar por el difunto con un licor local. Si le queda estómago después de ser testigo en vivo y en directo del degüelle de animales, puede animarse a probarlo, pero no se lo aconsejamos. Mientras dura la ceremonia el difunto queda expuesto de cuerpo presente.
ENTRE VOLCANES
Sulawesi no tiene volcanes tan famosos ni tan activos como los de Java u otras islas indonesias, pero alrededor de algunas ciudades montañosas como Tomohon, al sur de la bulliciosa Manado –en el norte de la isla–, hay volcanes activos visitables hasta la zona de seguridad y con guía. Desde allí se pueden contratar excursiones para realizar senderismo y visitar los lagos de agua dulce. Otra opción es descubrir los bosques y fauna autóctona de la reserva de Dumoga Bone, a 260 km de Manado.
BAJO EL MAR
Uno de los mayores atractivos de la isla son los mares que la rodean, un paraíso para los amantes del submarinismo o simplemente para tumbarse a la bartola y disfrutar del mar y la playa. Lugares como la isla Bunaken o el archipiélago de las Togian son frecuentados por experimentados buceadores de todo el mundo, aunque acceder a ellos resulta algo complicado y solo podrá llegar en ferry hasta Wakai y desde allí, una barca-taxi para cualquiera de las otras islas. Los ferries no realizan el trayecto a diario, por lo que es recomendable asegurarse las fechas en las que se quiere viajar para no quedarse varado. Como sucede en otras islas de Indonesia, los horarios son aproximados y muchas veces las salidas o llegadas de las embarcaciones se retrasan. No se arriesgue a viajar en cualquier embarcación, por muy bien que le pinten el trayecto.
Casi todas las islas cuentan con alojamientos básicos a pie de playa, pero una vez allí podrá disfrutar de arenales blancos, aguas de un turquesa intenso y espectaculares atardeceres.
GASTRONOMÍA
La cocina indonesia es tan diversa y variada como la gran cantidad de etnias que habitan este país. Tradicional cruce de culturas, en su gastronomía abunda una sutil mezcla e influencia de las cocinas china, árabe y europea. Entre los platos que no se puede perder están el bakmi goreng, fideos fritos combinados con diversos tipos de verduras y especias, suele llevar pollo y gambas; karedok, verduras casi crudas bañadas en salsa de cacahuete; nasi campur, una especie de arroz combinado que normalmente lleva pollo, verdura y tempe (soja fermentada), entre otras cosas; kari ayam, estofado de pollo con verduras, salsa de curry y leche de coco, y se sirve siempre con arroz blanco cocido.
En estas recomendaciones no podría faltar el nasi goreng. Arroz frito con verduras, generalmente zanahoria y puerro, pollo, gambas y huevo. En algunos restaurantes el huevo se sirve como tortilla francesa en tiras y en otros, con un huevo frito con la yema muy cocida y acompañado con encurtidos de pepino y zanahoria troceados. ¡Buen apetito!