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Iberdrola desmonta los viejos grupos de Escombreras

La Gran Central, de símbolo a chatarra

Concluyen tres años de desmantelación con un coste de siete millones La instalación murciana, abierta en 1956, fue un emblema del desarrollismo español

Vista de la central de Escombreras (Cartagena, Murcia) antes de ser desmantelada.
Vista de la central de Escombreras (Cartagena, Murcia) antes de ser desmantelada.
Javier Fernández Magariño

Tres años de trabajo y un coste de siete millones de euros han servido para el desmantelamiento de uno de los emblemas del desarrollismo español de los años cincuenta y sesenta, la central térmica de fuelóleo de Escombreras (Cartagena, Murcia). Iberdrola daba ayer por concluidas las labores en lo que toca a los grupos 4 y 5 de la instalación. Cada uno de ellos contaba con 267 megavatios (MW) de potencia.

La central murciana fue construida por Hidroeléctrica Española e inaugurada en 1956. Por entonces arrancó con tres grupos y tomó el nombre del valle que la acoge, en el que previamente se había asentado la mayor refinería de petróleo del país promovida por Repesa, Cepsa y la americana Caltex. Franco, en un discurso inaugural a pie de central, calificó la obra de grandiosa el 9 de octubre de 1957 y ensalzó la necesidad de “unidad política, autoridad y disciplina” para sacar adelante proyectos como ese. No faltaron múltiples alusiones a Rusia, a la bomba atómica o la era satelital que despertaba entonces. “Nos urge organizar la técnica española y que nuestras juventudes se apresten a estos estudios y llenen el hueco que nuestras actividades nos demandan cada día”, sentenció el dictador.

No fue hasta 1966 y 1968, respectivamente, cuando se activaron en Escombreras los dos grupos de la central que han sido ahora desmontados. Su cierre, según recordó ayer Iberdrola, se produjo en 2010, acumulando 259.000 horas de producción en las que han arrojado más de 47 teravatios hora (TWh). Una cantidad de energía que equivale al consumo actual de electricidad de la Región de Murcia durante seis años.

La progresiva desaparición de la vieja planta tuvo como primer hito el desmantelamiento de los grupos 1, 2 y 3 en el año 2004, abriendo camino a un ciclo combinado de 815 MW de capacidad instalada (grupo 6) que opera desde noviembre de 2006. Este nuevo grupo ya emplea el gas natural como combustible, teniendo posibilidad de alimentarse de gasoil como alternativa, y estuvo en 2012 funcionando bajo mínimos debido a un bajón en la demanda energética –y a la pujanza de otras tecnologías– que fue aprovechado para su mantenimiento.

Palanca de desarrollo

La de Escombreras fue reconocida en su arranque como la Gran Central. Su papel ha sido determinante en la expansión de Cartagena y, por extensión, de Murcia. “No solo permitió superar las restricciones de producción de electricidad de la época sino que contribuyó decisivamente al desarrollo industrial y económico de la zona”, explica Iberdrola.

Deshacer una estructura de tal volumen requiere distintas fases con su complejidad, especialmente cuando se sigue trabajando en la zona. Desde el achatarramiento de las calderas, transformadores, turbinas, alternadores, tuberías, depósitos y tanques de almacenamiento de fuelóleo, hasta el derribo de las chimeneas. Pero todo comienza con la obtención de un acta de cierre, que llegó en febrero de 2010, y la retirada del aislamiento de toda la planta.

La empresa ha calculado el esfuerzo y habla de una media de 40 personas trabajando durante los citados tres años. En total, 233.088 horas repartidas entre esos operarios; 14.000 toneladas de chatarra y hasta 10.000 toneladas de residuos. En cuanto a las dos chimeneas, de 65 metros de altura cada una, fue necesario cortarlas en anillos utilizando hilo de diamante y máquinas de disco refrigeradas por agua. Con las estructuras ya en rodajas, ha sido una grúa de 400 toneladas de peso y 163 metros de longitud de pluma la que ha retirado esos anillos.

La empresa no ha tenido que lamentar accidentes en este proceso. De hecho no ha habido ni una sola baja, por lo que reconoce la planificación y coordinación llevada a cabo por personal de la central y la “implicación y concienciación” de todas las empresas participantes, muchas de ellas contratistas locales del campo de Cartagena.

Iberdrola enmarca este desmantelamiento en su compromiso de progresivo cierre de las centrales de carbón y fuel para dar paso a fuentes de generación de energía eléctrica “más respetuosas con el medio ambiente”. La empresa tiene permiso desde el año pasado para clausurar las plantas de Pasajes, Lada 3 y Aceca 1.

Con pasos como el dado en Escombreras, la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán asegura haber reducido un 15% sus emisiones de CO2 en el mundo durante el primer semestre. Respecto a su apuesta por las energías verdes, Iberdrola señala que el 57% de toda su producción y el 61% de su capacidad instalada está libre de emisiones de CO2. Unas cifras que en España se disparan al 92% y 72%, respectivamente.

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Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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