El apoyo que necesita el coche eléctrico
El automóvil requiere que haya ayudas y que estas se entreguen con la mayor rapidez posible
El ejercicio ha ido mucho mejor de lo que preveía, a priori, el sector del automóvil español en el ámbito del coche eléctrico. El país, muy atrasado en este tipo de movilidad, ha ganado terreno en este 2025, con unas ventas de vehículos electrificados (incluidos eléctricos puros e híbridos enchufables) de más de 180.000 unidades entre enero y octubre, un 19% del mercado total, lo que acerca a España a la media europea. Esto supone una cuota que casi duplica a la del mismo periodo de 2024, un ejercicio de estancamiento para el coche eléctrico en España y de retroceso en todo el continente europeo.
Estos datos han sido posibles gracias a la llegada al mercado de nuevos modelos eléctricos cada vez más competitivos, tanto en precio como en prestaciones, lo que ha arrinconado a Tesla, que ha perdido su hegemonía en esta modalidad de vehículos y ahora parece ser un jugador más de esta partida. Lo más impresionante, quizá, es que estos datos de ventas se lograron a pesar de que España vivió un periodo de incertidumbre en el primer trimestre del año por la ausencia de un plan de ayudas a la compra, ya que el Moves había caído con el resto del decreto ómnibus en enero.
Sin embargo, el cliente confió en el Gobierno, que durante esos meses repitió en varias ocasiones que habría ayudas al eléctrico y que estas serían retroactivas a enero, de forma que nadie se quedara sin subvenciones, algo que cumplió. Ahora, el sector vuelve a pedir más fondos y que el mercado del automóvil eléctrico no se cale. A poder ser, que el nuevo plan se parezca lo más posible al puesto en marcha en la Comunidad Valenciana para los que perdieron un vehículo en la dana, aplaudido por el conjunto del sector y los clientes.
Hasta qué punto se parecerá al plan valenciano no se sabe, pero por el momento las ayudas dejarán de gestionarlas las comunidades autónomas, lo que suponía, en la práctica, que hubiese 17 moves distintos, como denunció el propio Wayne Griffiths cuando presidía la patronal nacional de automovilísticas, Anfac.
El automóvil necesita que haya ayudas y que estas se entreguen con la mayor rapidez posible, para evitar el enfriamiento de un mercado que por fin empezaba a ponerse a la altura de sus vecinos europeos. A futuro, sería conveniente que el sector pueda contar con un mecanismo fiscal estable que financie el coche eléctrico y evite que la industria tenga que ir a pedir dinero cada seis meses a la Administración. Se busca un plan estructural.
