Vestas es un ejemplo de los ganadores olvidados de la energía verde
Los inversores recompensan al grupo danés, que obtiene el 85% de sus ventas de proyectos terrestres, por ofrecer una eólica más fiable y barata

La transición verde está poniendo de manifiesto una división de clases. En un extremo están los gigantes de la eólica marina; en el otro, un grupo menos glamuroso que obtiene con discreción beneficios de otros tipos de proyectos. Los últimos resultados de Vestas, el mayor fabricante de aerogeneradores, lo sitúan en este último.
El alza del 21% en Bolsa de Vestas tras sus resultados del tercer trimestre, presentados el día 5, y del 52% en lo que va de año, lo dice todo. Tras un largo esfuerzo de reestructuración, el grupo danés anunció un beneficio operativo un 50% superior al consenso, gracias a un más rentable negocio terrestre. Los precios medios de venta de estos proyectos crecieron un 12% interanual, hasta un millón de euros por megavatio de capacidad instalada, y el valor total de los nuevos pedidos se disparó más de un 80%, según UBS. El negocio de la eólica marina, por su parte, siguió mermando la rentabilidad a medida que subían los gastos de depreciación.
Los inversores están recompensando a Vestas, que obtiene el 85% de sus ventas de proyectos terrestres, por ofrecer una eólica más fiable y barata. La terrestre sigue siendo la fuente de nueva generación más asequible del mundo, con solo 0,034 dólares por kilovatio hora, según la Agencia Internacional de Energías Renovables. Requiere construcciones más sencillas, cuenta con permisos más rápidos y suele tener una mayor aceptación política.
La exposición de Vestas a este segmento parece especialmente inteligente en el hostil clima político actual de EE UU. Los aranceles sobre el acero y otros componentes están inflando los costes de la cadena de suministro ecológica. Pero la demanda de electricidad limpia se está viendo impulsada por el auge de los centros de datos y la inteligencia artificial. Otros, como Orsted, líder en desarrollo de parques eólicos marinos, no han tenido tanta suerte, con órdenes de paralización de las obras y problemas de permisos.
Pero la suerte de Vestas refleja un repunte más general del sector, que se extiende a otras tecnologías rentables, como la solar y las baterías. El ETF iShares Global Clean Energy, que incluye a First Solar (29.000 millones de dólares) y Bloom Energy (33.000 millones), ha subido un 51% en 2025, triplicando el retorno del MSCI World. Los inversores que saben dónde colocar sus apuestas ecológicas están obteniendo su merecido.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

