La inversión en IA eclipsa tristemente a la pérdida de peso
Probablemente un poco más de calidad de vida valga más que montones de intelecto humano simulado

Cuánto vale hacer que las personas parezcan más inteligentes y aumentar su productividad? La respuesta es 11 billones de dólares, según el valor de mercado colectivo añadido a seis gigantes tecnológicos desde el lanzamiento inicial de ChatGPT al público hace menos de tres años. Sin embargo, lo más revelador es que esa suma es 27 veces superior a lo que han ganado los pioneros en medicamentos para adelgazar Eli Lilly (Mounjaro) y Novo Nordisk (Ozempic y Wegovy). Este sesgo en los incentivos es poco saludable.
El entusiasmo por la inteligencia artificial es palpable. Alphabe, Amazon, Microsoft, Meta, Nvidia y Oracle han experimentado un crecimiento explosivo de su capital, arrastrando consigo al índice S&P 500. Las start-ups de moda, como OpenAI, disponen ahora de fondos casi ilimitados para invertir en cualquier cosa relacionada con el aprendizaje automático. Aún no está claro cuándo, o si, la tecnología generará ingresos, beneficios o una mano de obra más eficiente suficientes para justificar el enorme gasto de capital.
Por el contrario, las primeras promesas de tratamientos contra la obesidad sorprendentemente exitosos ya se están desvaneciendo. Tanto Lilly como Novo han perdido gran parte de sus ganancias iniciales de valoración durante el último año, a pesar de que el 40% de los adultos estadounidenses tienen un peligroso sobrepeso. El temor a que los medicamentos de la competencia y unos precios más bajos erosionen los beneficios ha asustado a los inversores.
El mismo tipo de reservas son omnipresentes en el sector sanitario. Gilead Sciences, por ejemplo, recibió este verano la aprobación para el lenacapavir como profilaxis del VIH, con una eficacia preventiva de casi el 100%. El precio de las acciones de la empresa casi se ha duplicado en cinco años, pero el de Oracle casi se ha quintuplicado.
Algo similar ocurre con uniQure, que dijo el mes pasado que su terapia génica experimental para la enfermedad de Huntington ralentiza la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa mortal en un 75%. No existe ningún tratamiento aprobado para las aproximadamente 40.000 personas que padecen esta enfermedad en Estados Unidos. UniQure añadió un merecido valor de mercado de 1.800 millones de dólares tras revelar los resultados de laboratorio, pero Nvidia obtuvo 100 veces más después de anunciar que invertiría hasta 100.000 millones en OpenAI para ayudar a construir centros de datos equipados con sus chips.
Valorar las tecnologías incipientes es una tarea complicada. Los mercados bursátiles tampoco son organizaciones benéficas. Los gigantes tecnológicos son más valiosos porque tienen un mejor historial en la generación de beneficios, en parte porque los fabricantes de medicamentos deben sustituir constantemente sus productos cuando expira la protección de las patentes. También es posible que las empresas de software estén muy sobrevaloradas.
Sin embargo, es difícil desprenderse de la simple idea de que todo el mundo muere, y de que probablemente un poco más de tiempo y calidad de vida valen más para las personas de todo el mundo que montones de intelecto humano simulado. Puede que haya algún solapamiento valioso entre ambos conceptos, pero en general las motivaciones financieras están tristemente desalineadas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

