Una operación con ABN Amro sí tendría sentido esta vez
Una compra del banco holandés por parte de BNP o Rabobank podría generar un rendimiento interesante

El frenesí especulativo de 2007 en torno al banco ABN Amro se ha convertido en un símbolo de la exuberancia irracional anterior a ese año. Dos de los miembros del consorcio ganador, el Royal Bank of Scotland y el belga-holandés Fortis (el tercero era el Santander), necesitaron un rescate apenas un año después de cerrar un acuerdo de 71.000 millones de euros. En 2025, el sistema bancario europeo, ya saneado, podría converger de nuevo sobre la entidad holandesa, pero el desenlace parece más aceptable.
Es cierto que nada parece inminente. Bloomberg informó el lunes de que el belga KBC, valorado en 42.000 millones, estudiaba una operación para adquirir ABN. En respuesta, la entidad con sede en Bruselas afirmó que está supervisando continuamente el mercado en busca de oportunidades, pero que solo estudia una operación para adquirir la aseguradora local Ethias.
Aun así, es muy posible que se renueve la guerra de ofertas. Empecemos por la propia ABN. Su principal accionista público, cuya participación se remonta al rescate de 2008, redujo hace poco su posición a alrededor del 20%, frente al aproximadamente 40% de hace un año. Esto abre la puerta a un posible comprador, aunque la disfunción política holandesa podría entorpecer el proceso.
La cuestión más importante es que la trayectoria independiente de ABN no resulta nada atractiva. La nueva jefa, Marguerite Bérard, presentará sus planes en noviembre, pero no está claro cómo va a remodelar radicalmente un banco de tamaño medio que cotiza a un múltiplo inferior del valor contable tangible que la mayoría de sus grandes homólogos regionales. ABN tendrá dificultades para obtener un rendimiento del 10% sobre el capital tangible en los próximos años, según las previsiones de los analistas recopiladas por Visible Alpha, algo inusualmente bajo en la banca europea actual. Por tanto, si alguien se presentara ofreciendo una prima de fusión del 20% o más, podría ser difícil para el consejo de administración resistirse.
Los rendimientos para los posibles postores parecen aceptables. Supongamos una prima de adquisición del 20% sobre el nivel sin alteraciones del viernes, lo que implica un precio de compra de 26.000 millones. Los 2.600 millones de beneficios de ABN en 2028 por sí solos bastarían para proporcionar al comprador un rendimiento del 10% sobre la inversión, calculamos a partir de las previsiones recopiladas por Visible Alpha. Esto podría resultar atractivo para grandes entidades como Nordea Bank o Deutsche Bank, que quizá no quieran perderse una nueva ronda de concentración transfronteriza.
Un postor con cierto solapamiento geográfico y, por lo tanto, con la posibilidad de obtener más recortes, podría lograr aún mejores resultados. El francés BNP Paribas podría entrar en esa categoría, dada su presencia en Países Bajos. Otra incógnita es el banco cooperativo local Rabobank, que parece tener un exceso de capital, dado su ratio de capital ordinario de nivel 1, recientemente publicado, de aproximadamente el 20%. La diferencia entre ese porcentaje y su objetivo del 14% es de unos 14.000 millones, calculamos.
Volvamos a realizar el cálculo del rendimiento de la inversión y supongamos, por ejemplo, unos recortes de costes equivalentes al 20% de los gastos totales de ABN, lo que supondría un ahorro anual de 1.100 millones. Eso elevaría el rendimiento muy por encima del 12%, lo que bastaría para disipar los fantasmas de 2007.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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