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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Francia se acerca a un ineludible crac a cámara lenta

La situación económica y política del país no mejorará, gane o no su primer ministro la moción de confianza

François Bayrou no tenía por qué someter a una moción de confianza su problemático presupuesto para 2026. Pero el primer ministro francés, al frente de un Gobierno de coalición minoritario, consideró que no tenía otra opción ante las semanas de negociaciones sobre su plan de reducción del déficit. Bayrou tendrá que dimitir si los partidos de la oposición se mantienen firmes en su intención de echarlo. Pero la gravedad de la crisis política y presupuestaria de Francia significa que las cosas no mejorarán aunque consiga sobrevivir.

Los inversores, que ayer provocaron una caída de hasta el 7% en las acciones de bancos como Société Générale, tienen motivos para preocuparse. Bayrou presentó en julio un plan poco elaborado para sanear las finanzas de Francia, con el que intentaba estabilizar una deuda que ronda el 115% del PIB, con un déficit del 5,4% del PIB este año. Su objetivo era ahorrar unos 44.000 millones de euros del gasto público del próximo año. El plan parecía condenado al fracaso después de que los partidos de derecha e izquierda se opusieran tanto a sus medidas fiscales como a sus propuestas de gasto. Bayrou propuso entonces “negociar” el presupuesto, es decir, suavizarlo.

La supervivencia del primer ministro depende ahora del Partido Socialista, que ha anunciado que votará en su contra en septiembre. Pero aún podría hacer suficientes concesiones para que se abstuviera: por ejemplo, en los recortes sanitarios o de los empleos públicos. A continuación, se producirían nuevas negociaciones durante el debate presupuestario del Parlamento, que comienza en octubre. El ambicioso objetivo de Bayrou de reducir el déficit al 4,6% del PIB el próximo año quedaría entonces fuera de su alcance.

El escenario más probable, en el que Bayrou se ve obligado a dimitir, agravará la crisis de Francia. El presidente, Emmanuel Macron, podría entonces nombrar a su tercer primer ministro en menos de 12 meses, cuya autoridad será aún más débil que la de Bayrou, ya que dependerá del mismo tipo de coalición minoritaria. O Macron podría convocar elecciones anticipadas para un nuevo Parlamento. Un vistazo a las encuestas debería disuadirlo de seguir ese camino: se prevé que la extrema derecha de Reagrupamiento Nacional obtenga el 36% de los votos, frente al 25% del Nuevo Frente Popular, la izquierda unida, y el 18% del partido del presidente, Juntos (Ensemble).

Tras las elecciones, Macron podría acabar nombrando a un primer ministro que esté en la misma situación que sus predecesores, al frente de un Gobierno minoritario e incapaz de reunir la autoridad necesaria para hacer frente al déficit. La agitación del país ha acercado el retorno de sus bonos a 10 años al de Italia. El descenso de Francia al infierno de la deuda no va a terminar pronto.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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