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Perfil
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

François Provost, el ingeniero tranquilo que hereda Renault en plena crisis

El nuevo consejero delegado afronta el reto de consolidar la transformación industrial del grupo sin desviarse de la hoja de ruta de Luca de Meo

François Provost, consejero delegado de Renault
Daniel Soufi

Es llamativo. En cuestión de semanas, dos instituciones históricas –cada una a su manera–, la Iglesia católica y el fabricante Renault, han elegido como sucesores a figuras de perfil discreto y nombres casi idénticos: Robert Francis Prevost, en el Vaticano, y François Provost (Francia, 57 años), en Boulogne-Billancourt. Ambos llegan tras líderes carismáticos y encarnan, ante todo, una apuesta por la continuidad.

La sucesión fue ordenada. Provost, hasta ahora responsable de compras y relaciones institucionales, releva a Luca de Meo, que deja el cargo tras cinco años para incorporarse al grupo de lujo Kering. Candidato cercano al directivo saliente, Provost fue elegido por el consejo de administración por su capacidad para “culminar el plan estratégico actual, cerrar el próximo y garantizar su ejecución con éxito”. Su nombramiento asegura la continuidad de la hoja de ruta, del actual plan Renaulution –centrado en la reestructuración y electrificación– al futuro ­Futurama, orientado al crecimiento sostenible.

Su llegada a la cúpula de Renault se produce en un momento especialmente delicado para la compañía. Su principal misión será acelerar la transformación industrial y financiera del grupo, en un contexto marcado por resultados negativos, incertidumbre geopolítica y una fuerte presión competitiva. Con una plantilla global de más de 100.000 empleados, Renault registró en el primer semestre de 2025 unas pérdidas netas históricas de 11.185 millones de euros, una cifra que ha encendido todas las alarmas.

Buena parte del agujero contable tiene origen en la reestructuración de la alianza con Nissan, antiguo socio estratégico tras más de dos décadas de colaboración. La revisión del acuerdo supuso una desvalorización de más de 9.300 millones de euros en la participación que Renault aún mantiene en la firma japonesa. A ello se sumaron otros 2.300 millones en pérdidas vinculadas a sociedades participadas, lo que terminó por lastrar el balance del grupo.

Pocas figuras en la cúpula del fabricante francés conocen sus entrañas como Provost. A lo largo de 23 años de carrera en la compañía, este ingeniero de formación y ex alto funcionario del Estado ha escalado, paso a paso, hasta alcanzar el despacho más elevado. Se formó en dos de las escuelas más prestigiosas del país: la École Polytechnique y la École des Mines de Paris. Es una figura especialmente bien conectada en la intersección entre industria y Administración pública.

Inicia su andadura profesional en los años noventa como funcionario sénior del Ministerio de Economía, en el área del Tesoro, y posteriormente como asesor en el Ministerio de Defensa. En 2002 da el salto a la industria privada y se incorpora a Renault, inicialmente en el área comercial. Primero como gerente de sucursal y luego como director regional de ventas, Provost se forma en el terreno, cerca del producto y de los clientes. Tan solo tres años más tarde, en 2005, es nombrado director general de Renault-Nissan Portugal.

Entre 2008 y 2010 regresa a la sede central de la compañía como vicepresidente de estrategia y planificación comercial, donde participa en la definición de las líneas maestras de crecimiento del grupo. Luego, en 2010, vuelve a ponerse al frente de una filial estratégica al ser designado director de operaciones de Renault Rusia, un mercado complejo, con retos logísticos y políticos.

Su gran salto llega en 2011, cuando el grupo lo envía a Asia para asumir como presidente y CEO de Renault Samsung Motors en Corea del Sur. Durante cinco años lidera la filial asiática en un entorno muy competitivo, enfrentándose a rivales como Hyundai y Kia, y consolidando la presencia de Renault en el mercado coreano. De ahí pasa en 2016 a China, primero como vicepresidente sénior de operaciones y un año más tarde como presidente de la zona Asia Pacífico, responsabilidad que compagina con el control directo de las operaciones chinas, uno de los focos estratégicos de Renault en ese momento.

En 2019, Provost vuelve a centrarse exclusivamente en China al ser nombrado chairman de la región, supervisando el complejo entramado de joint ventures locales, como eGT y JMEV, ambas centradas en el vehículo eléctrico. En 2020, con la llegada de De Meo como CEO, Provost es ascendido a vicepresidente sénior de desarrollo internacional y alianzas, entrando así en el comité ejecutivo de Renault.

En 2022 amplía aún más su radio de acción al asumir también la dirección de asuntos públicos, rol desde el que se convierte en interlocutor principal ante Gobiernos y organismos reguladores. Un año después, Provost alcanza uno de los cargos clave en la estructura operativa del grupo: director de compras, alianzas y asuntos públicos.

Desde ese puesto, Provost fue una pieza clave en la reconfiguración de Renault como un grupo industrial diversificado, con un papel protagonista en la creación de Ampere, la filial centrada en el vehícu­lo eléctrico, y Horse, la empresa conjunta con Geely y Aramco dedicada al desarrollo de motores de combustión e híbridos. También participó directamente en las complejas negociaciones que redefinieron la histórica alianza con Nissan, un proceso delicado y cargado de implicaciones políticas, que culminó en 2025 con una desvinculación parcial entre ambos fabricantes.

Este largo itinerario, forjado en mercados muy diversos y bajo culturas corporativas distintas, convierte a Provost en un ejecutivo de carácter internacional, polivalente y resiliente. Su perfil bajo contrasta con el carisma expansivo de De Meo. Vive en París, es padre de tres hijos y quienes le conocen lo describen como una persona familiar, discreta, alejada del culto al ego que impera en parte del sector. Con el respaldo del Estado francés y la mirada atenta de los mercados, le espera el desafío de conducir la transformación sin desviarse de la hoja de ruta. Una tarea nada sencilla, pero hecha a la medida de su personalidad.

Élite ingeniera

Provost pertenece al selecto Corps des Mines, uno de los cuerpos técnicos más prestigiosos del Estado francés, reservado a un reducido grupo de ingenieros formados en las grandes escuelas. Históricamente, sus miembros han ocupado puestos clave tanto en la alta Administración como en la dirección de grandes empresas públicas y privadas.

Sobre la firma

Daniel Soufi
Colabora con distintas secciones de EL PAÍS desde septiembre de 2022. Además, ha publicado en medios como eldiario.es y la revista 'Yorokobu'. Graduado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid. Cursó el máster de Periodismo UAM-EL PAÍS en la promoción 2021-2023.
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