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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Invertir en tecnología con fibra y vidrio

Corning, socia de Apple, ha sabido beneficiarse de las tendencias emergentes en sus 175 años de historia

Corning es una pequeña población en el estado de New York que apenas tiene 11.000 habitantes. No es que haya grandes atracciones turísticas allí, pero probablemente el museo del vidrio sea lo que suscita mayor interés. En clave empresarial, está la sede de una importante multinacional que tomó prestado su nombre.

Con casi 175 años de historia, Corning Inc. ha sabido adaptarse a cada época; ahora se beneficia del avance de la tecnología digital y de la inteligencia artificial. Desde sus inicios, se especializó en vidrio y cerámica, aunque ha ido evolucionando y ampliando su oferta comercial. No obstante, esos materiales siguen siendo el alma de la compañía.

Una historia de innovación

La empresa ha conseguido varios hitos destacables a lo largo de su historia. En 1879 fabricó las envolturas de vidrio para las bombillas de Edison y en 1915 introdujo el cristal avanzado y robusto Pyrex, tanto para uso doméstico como industrial. En 1948 construyó el primer espejo reflector de gran tamaño (508 centímetros) para el telescopio Hale, en el observatorio Palomar de San Diego (Estados Unidos), todo un logro tecnológico para la época. En 1962 produjo el primer parabrisas endurecido de seguridad para automoción, fino y ligero, con la particularidad de romperse en pequeños fragmentos.

En 2007 llamó a su puerta un personaje inesperado; se trataba de Steve Jobs, CEO de Apple, que necesitaba un cristal para la pantalla del primer iPhone. Jobs estaba atemorizado por el protagonismo que pudiera cobrar ese cristal, con un elevado riesgo de roturas. Hasta entonces, la mayoría de los terminales tenían una pantalla de pequeñas dimensiones, con teclado independiente.

Corning pasó la prueba con nota y de la experiencia nació su tecnología Gorilla Glass, resistente a golpes y ralladuras; y es líder en el mercado de pantallas para móviles hasta hoy (relojes, tabletas, etc.). Incluso las últimas tendencias del automóvil se alían con la compañía norteamericana, con un uso más intensivo de pantallas en el interior de los vehículos (además de los imprescindibles parabrisas).

Una oportunidad de oro

En 1970, la compañía americana desarrolló una fibra óptica avanzada para transmisión de datos, con baja pérdida de señal y larga distancia. Desde entonces, el negocio fue creciendo progresivamente.

Ahora, la fortuna vuelve a llamar a su puerta; está preparada. Para poner en contexto la situación, un centro de datos avanzado de inteligencia artificial utiliza masivamente dos clases de componentes: chips y fibra óptica. En el caso de la fibra óptica, una alta densidad y elevada velocidad de transferencia es muy importante. Hay una oferta reducida en este segmento de mercado. Se estima que un data center de última generación puede contener hasta 180.000 kilómetros de fibra óptica, una cifra equivalente a dar la vuelta a la Tierra más de cuatro veces. Esto es música para los oídos de Corning, que ya está ampliando sus centros de fabricación, con tal de poder suministrar ingentes cantidades de bobinas de cable de fibra óptica.

Además, la compañía también suministra componentes para aplicaciones en energía solar, así como en el sector espacial y militar. Un componente crítico son los radomos (recubrimientos) para misiles, unos singulares accesorios cerámicos con distintas formas geométricas (ojiva, rectángulo, etc.). Su característica principal es que no distorsionan las señales de radiofrecuencia (radar, etc.) y son muy resistentes a la variación térmica.

Ante los aranceles

Corning cuenta con cerca de 60.000 empleados y un portafolio de 5 líneas de negocio: display technologies, comunicaciones ópticas, tecnologías ambientales, materiales especiales y ciencias de la vida.

Ante la activación de los aranceles de Trump, la empresa tiene la fortuna de estar relativamente inmunizada. Dispone de múltiples fábricas repartidas por el planeta, pero guardando cierto equilibrio entre producción y consumo en cada zona. Por ejemplo, el 90% de sus ingresos en Estados Unidos proceden de componentes producidos allí. En China, el 80% de sus ingresos vienen de productos fabricados en ese país.

En estas condiciones, y con una gestión activa para la mitigación del impacto de los aranceles, la empresa calcula que sus resultados podrían verse afectados en tan solo un 3%, una situación claramente manejable.

Los ingresos de Corning durante 2024 fueron de 13.118 millones de dólares, con beneficios de 506 millones. Las ventas en comunicaciones ópticas casi se han duplicado en un año. En este contexto, los resultados de 2025 podrían experimentar un sensible crecimiento. Además, la compañía paga un dividendo anual equivalente al 1,75% de su valor capitalizado en Bolsa.

Las acciones de Corning cotizan en el NYSE. El valor de sus títulos ha aumentado un 68% en un año, frente a un incremento del 19% del S&P 500 y el 14% del EuroStoxx 50. Obviamente, Corning no es una start-up, sino una compañía madura, que ocupa el puesto 324 de la lista de empresas Fortune 500. Parece una inversión resiliente, aunque podría estar sobrevalorada desde la perspectiva de algunos de sus ratios financieros. Está diversificada con muchas categorías de producto y no es de esperar que experimente crecimientos acelerados, aunque sí una sensible apreciación de su cotización bursátil. En cualquier caso, Corning ha demostrado a lo largo de su historia que tiene la habilidad y la fortuna para poder beneficiarse de las tendencias emergentes, aunque con la particularidad de quedar fuera de los focos de la prensa.

Xavier Alcober Fanjul es ingeniero y consultor

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