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Las claves
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las claves: al Gobierno se le acumulan los deberes antes de las vacaciones

Queda poco más de un año para que finalice el plazo de los fondos europeos de recuperación y España solo ha solicitado la mitad del dinero que tiene asignado

CINCO DÍAS

Queda poco más de un año para que finalice el plazo de los fondos europeos de recuperación y España solo ha solicitado la mitad del dinero que tiene asignado. 90.000 millones de fondos europeos esperan a que el Ejecutivo consiga sacar adelante una extensa lista de reformas, que va desde la aprobación de leyes, entre ellas la de movilidad sostenible, transparencia e industria, al pleno despliegue de proyectos industriales estratégicos como el PERTE del Chip o la construcción de 20.000 viviendas sociales. Casi nada.

Con el principal partido de Gobierno sumido en un escándalo de corrupción y una mayoría parlamentaria lejos de ser sólida, cumplir estos hitos –el término es especialmente pertinente, aunque visto el escenario político la palabra proezas se ajustaría mejor– se antoja cuando menos difícil. Por lo pronto, y a las puertas de las vacaciones de verano, los miembros de un Ejecutivo que vive día a día van a tener que llevarse los cuadernillos Rubio a la playa. 90.000 millones de euros esperan a ser recogidos.

Quizá el interés ‘general’ no cuadre con el interés europeo

Sobrevuela sobre el Gobierno la posibilidad de que Bruselas abra un procedimiento de infracción a España por obstaculizar la opa de BBVA sobre Banco Sabadell. En la Comisión hay quien no ve con buenos ojos que, en un momento donde se clama por la creación de campeones nacionales y de una unión bancaria, un Ejecutivo nacional ponga condiciones excesivas a una fusión en aras de un concepto tan etéreo como el interés general. No es este proceder el que tenía en mente el expresidente del BCE, Mario Draghi, en su informe sobre la competitividad europea. Tampoco es, todo sea dicho, una actitud exclusivamente española.

El ocaso de los dioses bursátiles, una vez más

En El crepúsculo de los dioses (1950), Billy Wilder cuenta la historia de Norma Desmond, legendaria actriz de cine mudo arrollada por los tiempos modernos (es decir, la llegada del sonido). La trama admite numerosas analogías, y más en lo que a Bolsa se refiere: uno puede estar un día en lo más alto, para en apenas unos mese –unos minutos, incluso– verse completamente desterrado. Los productos estrella de los años 2022 a 2024 han perdido 2.000 millones de patrimonio en seis meses, un 20% de total. El mundo cambia, con él las preferencias inversoras, y el que no se adapta corre el riesgo de quedarse en el camino. “¡Yo soy grande! Son las películas las que se han hecho pequeñas”, clamaba Norma Desmond en la película.

La frase

Creo que la posibilidad de tipos más altos es mayor que cualquier otra... El mercado está valorando una posibilidad del 20%, yo diría que es del 40-50%
Jaime Dimon, CEO de JP Morgan

El Bitcoin le sigue la estela a Nvidia

Entre clamores de incertidumbre y todo tipo de miedos geopolíticos, el bitcoin marca nuevos máximos históricos y se coloca en el entorno de los 112.000 dólares. Una proeza solo comparable al enésimo tirón bursátil de Nvidia, que se ha convertido esta semana en la primera firma en superar los cuatro billones de capitalización bursátil. Se ve que los inversores ya no tienen tanto miedo –siempre lo tienen, en realidad, forma parte de la condición de inversor– a la inestabilidad, y están volviendo a los activos más arriesgados, esos que pueden convertirle a uno en bufón o en leyenda. Ayuda, por supuesto, que los inversores institucionales se hayan interesado por el activo, que ha ganado algo de caché entre las plantas nobles de los rascacielos de Wall Street.

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