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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El alto el fuego del Golfo deja al mercado ante incógnitas conocidas

Hay mucho margen para futuras conmociones en la zona

Edificios atacados por Irán en Be'er Sheva (Israel), este martes.

Cuando Donald Trump completó su viaje a Oriente Próximo en mayo, con promesas de inversión por valor de billones de dólares, la zona parecía encaminarse hacia la estabilidad. La pregunta es si el alto el fuego ordenado por la Casa Blanca puede revivir el optimismo anterior.

Los operadores petroleros actúan como si todo hubiera vuelto a la normalidad. Los contratos de Brent para entrega en agosto se negociaban ayer a 69 dólares el barril, el mismo precio que justo antes de que Israel atacara Irán el día 13. La posterior subida hasta los 80 dólares abría la posibilidad de que Teherán tomara represalias interrumpiendo el paso de los petroleros que transportan un quinto del suministro mundial. La caída del precio tras el alto el fuego implica que el riesgo ha bajado.

Si los ataques de EE UU destruyeron cualquier posibilidad de que Irán obtuviera una bomba atómica, los operadores petroleros tendrían motivos para estar tranquilos. Si a ello se suma la reducción del poder de los aliados de Irán, como Hezbolá, la región sería tangiblemente más segura que antes. Pero no es nada seguro que la amenaza nuclear se haya disipado. El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, sigue en su puesto, y se desconoce la ubicación y el estado de las reservas de uranio enriquecido del país.

Este parece menos estable. Ha perdido a varios altos mandos militares, y el ataque contra Qatar, relativamente ineficaz, proyectó más debilidad que fuerza. Las autoridades iraníes han acelerado la búsqueda de un sustituto para Jamenei, según cinco fuentes cercanas, pero el proceso para sustituir a un líder en el poder desde 1989 podría no ser fácil.

Y no está nada claro que la campaña de Israel haya terminado. Es probable que el éxito militar refuerce a Benjamin Netanyahu. Pero, aunque este se ha negado a decir explícitamente que busca un cambio de régimen en Irán, ha dicho que “podría ser el resultado” de los ataques israelíes. Ayer, ambos países se acusaron mutuamente de haber violado los términos de la tregua.

Las autoridades de Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Qatar también tienen motivos para sentirse relativamente optimistas. Al fin y al cabo, aunque las capacidades nucleares de Irán no hayan sido “totalmente destruidas”, como afirmó Trump, es probable que se haya retrasado considerablemente su avance.

Pero podría decirse que esos países tenían la misma seguridad hace diez años, cuando EE UU y otros países principales firmaron el Plan de Acción Integral Conjunto para limitar el programa nuclear de Irán.

En cambio, los países de Oriente Próximo afrontan ahora a una mezcla potencialmente inestable: un Irán vengativo y escarmentado, y un Israel que siente que tiene cuentas pendientes. Hay mucho margen para futuras conmociones.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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