La calma de los mercados respecto a Irán sigue un patrón general
La sangre fría de los inversores puede reflejar la confianza en que los ataques de Trump son una tormenta geopolítica habitual

Los inversores no parecen muy preocupados por la drástica intervención de EE UU en la guerra de Israel con Irán. La historia sugiere que los puntos conflictivos geopolíticos no siempre son un quebradero de cabeza a largo plazo para los inversores, pero los datos no demuestran de forma concluyente que hayan tomado la decisión correcta.
Esta calma parece muy prematura. Aunque Donald Trump pidió la paz tras lo que podría considerarse razonablemente un acto de guerra, sigue publicando en las redes sobre la posibilidad de un cambio de régimen en Irán. El Parlamento de este país ya ha aprobado medidas para bloquear el estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del suministro diario de petróleo del mundo. Los mercados deberían prepararse para una mayor escalada, y no para una menor.
Una explicación podría ser que los inversores saben que las tormentas geopolíticas suelen ser solo chaparrones. Un estudio de JP Morgan sobre 36 puntos conflictivos políticos y bélicos entre la invasión de Francia por Alemania en 1940 y la de Ucrania por Rusia en 2022 reveló que el S&P 500 obtuvo un retorno del 0,3% en los tres meses posteriores, frente al 1,3% en el mismo periodo en épocas más tranquilas. Pero, en seis meses, los retornos fueron los mismos.
Es cierto que las crisis relacionadas con el petróleo son diferentes. La guerra del Golfo de 1990 provocó una caída del 20% del S&P 500 en los dos meses posteriores a la invasión de Kuwait por Irak en agosto, aunque recuperó estas pérdidas en febrero de 1991. Sin embargo, tras el embargo árabe del petróleo de cinco meses de 1973, el S&P seguía por debajo de su nivel de cinco años antes.
La sangre fría de los inversores puede reflejar la confianza en que los ataques de Trump son una tormenta geopolítica habitual. Es más probable que vean la última crisis como una posible crisis petrolera, pero que EE UU puede contener fácilmente. Hay cierta lógica en ello: incluso si Irán intenta bloquear Ormuz, la Quinta Flota de Estados Unidos en Baréin podría detenerlos. Y restringir las exportaciones de crudo también perjudicaría a Teherán.
Pero la sabiduría geopolítica convencional podría estar fácilmente equivocada, especialmente si un acorralado régimen iraní comienza a temer que Trump e Israel presionen para sustituirlo y recurre a medidas drásticas. En ese escenario, la relativa calma de los mercados podría convertirse rápidamente en pánico.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías