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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los compradores ricos no son suficientes

Las economías que dependen demasiado de los más adinerados no solo son desiguales, sino también insostenibles

Fila de clientes en la puerta de una tienda de Hermès en Hong Kong.

Las marcas de lujo están mostrando más confianza y poder de fijación de precios que sus homólogas de gama baja. La cima de la pirámide de la opulencia se ha mantenido hasta ahora al margen de la inquietud por los aranceles. Ferrari se ha desmarcado de la tendencia a retirar previsiones y se ha mantenido firme en sus perspectivas para 2025. Hermès simplemente subirá el precio de sus pañuelos de seda para compensar los aranceles. El comerciante de cachemira Brunello Cucinelli espera un alza de las ventas del 10% este año y el próximo. Kering y LVMH, que venden artículos más accesibles, son menos optimistas.

Esto recuerda que la escasez y la artesanía ayudan a justificar precios cada vez más altos. Ferrari limita la producción, los clientes de Hermes esperan años para conseguir un bolso Birkin y los artesanos de Cucinelli piden 8.500 dólares por un abrigo. Un índice que sigue las principales acciones de lujo de Europa ha superado al S&P 500 en unos 80 puntos porcentuales en la última década.

Además, los hoteles de lujo han generado un 6% más de ingresos por habitación este año, mientras otros alojamientos han sufrido descensos, según STR. Life Time, cuyos abonos a gimnasios de lujo cuestan a partir de 200 dólares al mes, ha visto cómo su acción subía un 85% desde su salida a Bolsa en 2021. En ese periodo, la cadena de bajo coste Planet Fitness solo ganó un 28%.

La brecha es cada vez mayor. El 10% de los estadounidenses con más ingresos elevó su gasto un 58% en 2020-24, según Moody’s Analytics. El alza del consumo del resto apenas superó la inflación del 21% registrada en ese periodo. El poder adquisitivo de la élite también se está ampliando, con un alza del patrimonio neto del decil superior del 40%, o más de 30 billones, en 2019-24, según la Fed. Un estudio de UBS muestra que el 1,5% más rico posee 214 billones, aproximadamente la mitad de la riqueza mundial, mientras el 40% más pobre solo tiene 2,4 billones.

No es de extrañar que los minoristas de masas, desde Target hasta Macy’s, afirmen que los compradores ya están cambiando a productos más baratos. El alza de los aranceles amenaza con acelerarlo, elevando los costes para los que apenas llegan a fin de mes. El peligro es que las economías que dependen tanto de sus más ricos no solo son desiguales, sino también insostenibles.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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