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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las claves: la UE y Rusia seguirán en la misma comunidad de vecinos

El bloque tendrá difícil dejar de comprar energía a Moscú

Vladimir Putin, presidente ruso.
CINCO DÍAS

La UE pretende deshacerse por fin de las importaciones de energía rusa –en particular de uranio y gas–, que han seguido viniendo al bloque durante la guerra de Ucrania, en proporciones nada desdeñables. La idea es que en 2027 se hayan terminado todos los contratos. No será nada fácil, porque la propia Unión se hace trampas al solitario: hace solo dos meses, el bloque ofrecía a Eslovaquia (cuyo Gobierno simpatiza con Moscú) buscar vías de que el gas ruso siguiera llegando al país del Este, a cambio de que no vetara el rearme europeo, provocado en parte, precisamente, por la amenaza rusa. Ahora que se debate sobre los plazos de cierre de las centrales nucleares, conviene recordar que España no utiliza sus reservas de uranio, sino que lo importa de países como Rusia, por lo que la autonomía que proporciona esta fuente de energía es solo relativa. Con todo, el mundo es prácticamente una comunidad de vecinos a efectos prácticos, y al final hay que llevarse bien con gente difícil de tragar. Debido a la guerra comercial de EE UU, UE va a impulsar su relación bilateral con China, país que ha apoyado más o menos explícitamente a la invasora Rusia.

Alemania sigue siendo frágil, aunque tenga un nuevo canciller

Después de que la guerra de Ucrania y la consecuente crisis energética pusieran patas arriba Alemania –coalición del semáforo incluida–, la victoria de Friedrich Merz en las elecciones parecía dar un poco de aire al país. Aunque no contaba con una mayoría abrumadora, las urnas daban al país una esperanza de alcanzar una pequeña estabilidad, y medidas como el fin del freno a la deuda parecían indicar que el país se encarrilaba. El show de ayer en el Bundestag, con un sorpresivo rechazo inicial a Merz, demuestra, sin embargo, que la fragilidad va a ser la tónica habitual un tiempo más. En Alemania y en Europa entera.

Las crisis de infraestructuras requieren prudencia... por parte de todos

El Gobierno reclama prudencia a la hora de sacar conclusiones sobre las causas del gran apagón, al tiempo que se ha dado prisa en exonerar a las energías renovables. De la misma manera, el ministro de Transportes, Óscar Puente, expresó rápidamente que el robo de cable ferroviario del domingo en Toledo se debió a un “sabotaje”, pero a la vez admite que están abiertas todas las hipótesis. Mientras, Renfe acusa a Iryo de que uno de sus trenes provocó el cierre de la línea Madrid-Sevilla, algo que además cita el informe de Adif. En el caso eléctrico las partes también tratan de tirar balones fuera. En crisis graves, en particular en la de la luz, es muy posible es que las causas sean varias y concomitantes. Y a los ciudadanos les interesa más prevenir nuevos incidentes que buscar culpables.

La frase del día

“China y la UE deben defender el multilateralismo, la equidad y la justicia, y oponerse al acoso unilateral. Deben trabajar juntas para abordar los retos globales y promover conjuntamente un mundo multipolar equitativo y ordenado, así como una globalización económica inclusiva”

Xi Jinping, presidente de China

La dudosa conveniencia de ser flexibles con unos activos más bien especulativos

En Reino Unido no ha ganado las elecciones un candidato con su propia criptomoneda meme, pero el enfoque regulador del Gobierno de Starmer va en la línea laxa del de la Casa Blanca. Lo cierto es que el exmiembro de la UE ha sido tradicionalmente amable con la industria financiera, así que no debería ser tan sorprendente. Los 27 se pueden quedar, por tanto, atrás en cuanto a atraer a los emisores de estos activos, y a la inversión en ellos. La cuestión es si realmente es un sector al que se quiere apoyar: por ahora, es básicamente especulativo, a pesar de la retórica tecnologicista en torno al block­chain y otros avances interesantes (a secas). La UE tiende a bloquear todo tipo de innovación, al margen de su valor. Quizás en este caso tenga razón.

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