Las claves: el mercado no apuesta por barcos sin capitán
Acatado el correctivo, Musk parece haberse dado cuenta de cuáles son las prioridades


Por muy grande que sea una empresa –la más grande del mundo en varias ocasiones, incluso–, su salud puede sufrir drásticamente por las actitudes de una sola persona. La deriva política y megalómana de Elon Musk ha impactado en las cuentas de Tesla, que, con su capitán a todo menos a lo que tiene que estar, ha perdido el rumbo. El golpe a su facturación, motivado por las posiciones políticas de su fundador –entre otras razones no desdeñables– recuerda de nuevo la importancia de que las compañías tengan líderes fiables. Acatado el correctivo, Musk parece haberse dado cuenta de cuáles son las prioridades, y ya ha avanzado que dedicará “significativamente” menos tiempo al DOGE –el departamento de eficiencia gubernamental estadounidense– y más a la empresa. Es de suponer que también ha ayudado en la decisión el hecho de que la motosierra con la que prometió dar forma a la Administración gripa, y que no tiene precisamente el cariño de los miembros del Ejecutivo. A la vista de los resultados de Tesla, no sería descabellado que a partir del mes que viene se ponga a darle uso en su propia empresa. Por lo pronto, los mercados lo agradecen.
La ciudad se adapta poco a poco a sus habitantes
Las ciudades cambian, se adaptan a quienes las moran. Por eso, BBVA ha creado una oficina exclusiva para ricos latinos en el barrio de Salamanca de Madrid, el más exclusivo. Estará en la calle Goya y contará con banqueros para mexicanos, colombianos y peruanos. Es un movimiento lógico, que se encuadra en toda una transformación de este y otros barrios madrileños: restaurantes caros, cafés caros, tiendas de lujo y, la guinda del pastel, viviendas a precios inasumibles para el bolsillo medio. Menos mal que está el bolsillo superior internacional para compensarlo. Para ser cliente de banca privada de BBVA hay que tener un patrimonio de más de 500.000 euros.
Trump consigue lo que no han logrado ni los ecologistas ni Sumar
Lo que no han conseguido ni los ecologistas ni los ministros de Sumar (pero sí la pandemia) podría estar lográndolo Donald Trump: reducir el número de vuelos... aunque solo sean los que van a EE UU. En concreto, de los españoles (y de ciudadanos de otros países) –cuya demanda ha bajado un 15%–, asustados por los rigores que aplica la policía en la frontera a los extranjeros, o incluso nacionales. Por ahora no se está produciendo el efecto contrario, porque las autoridades europeas no han considerado endurecer su política de fronteras con EE UU. No sería nada conveniente para el turismo del continente. Mientras, el sector en el país norteamericano no debe de estar celebrando demasiado la mano dura (más de lo habitual en un país ya de por sí estricto) de la Administración Trump.
La frase
Las políticas económicas erráticas e impredecibles de la Casa Blanca pueden causar mucho daño. Son muy difíciles de gestionar para las empresasRichard Branson, fundador de Virgin Group
Robar es pecado, pero algunos robos lo son más que otros
Robar está, por lo general, mal. Ahora que el mundo se prepara para tener un nuevo Papa, no está de más recordar que robar es un pecado. Aunque tampoco está de más señalar que es la motivación del robo lo que determina realmente si el acto debería ser condenable, al menos socialmente. Hay un número pequeño pero no desdeñable de personas, los cleptómanos, que roban porque no pueden evitarlo. Otros tantos lo hacen porque no encuentran otra forma de subsistir. Y otros porque quieren, aunque no lo necesiten. Ninguno de los tres es lo mismo.