Las claves: Estados Unidos, mercado de alto riesgo
Washington retira el apoyo y los fondos al AVE de Texas, con el que Renfe esperaba ingresar 5.000 millones de euros


Washington ha decidido retirar el apoyo y los fondos al AVE de Texas, con el que Renfe esperaba ingresar 5.000 millones de euros. El Departamento de Transportes alega que la construcción es “poco realista” y que constituye “una empresa arriesgada para el contribuyente”. Tan poco realista como la política comercial de la primera economía del mundo y tan arriesgado como invertir ahora en ella, dados los vaivenes continuos de su Ejecutivo.
La medida supone una nueva marca en el historial reciente de Donald Trump, que se empeña por activa y por pasiva en que el mundo económico trate a su país como a un mercado emergente: inestable, arriesgado y poco de fiar. Ya lo han hecho los mercados subiendo el precio de su deuda pública y bajando el valor de su moneda, y poco a poco lo harán las empresas, que no estarán dispuestas a asumir el riesgo de que un giro político les deje sin un proyecto de 5.000 millones. Otra decisión de la ya larga lista que deja al aire las costuras de no pocos partidarios españoles del presidente estadounidense.
No hay mal que por bien no venga para la banca estadounidense
La caída progresiva de los tipos de interés en Estados Unidos –a ver sigue siéndolo tras el desafío arancelario, que amenaza con afectar a los precios– avanzaba una disminución de los beneficios de sus bancos. Un precio del dinero más bajo implica menos interés en los préstamos y, por tanto, menos beneficio para las entidades. Tampoco ayudan los nubarrones de ralentización que se acercan, que avanzan mayor morosidad y menos actividad. Pero, por lo pronto, los bancos sobreviven gracias a los ingresos del negocio bursátil, que se han disparado por la volatilidad de los últimos días. No hay mal que por bien no venga.
Para ganar, en la Bolsa y en el tenis, hay que arriesgar
El tenis y la Bolsa admiten unos cuantos símiles. En ambos, la clave es devolver más o menos las bolas que vengan, pero si uno quiere ganar algo grande, más allá del partido del domingo con su cuñado, tiene que arriesgar con alguna dejada, un segundo servicio más fuerte de lo habitual o una paralela inesperada. Pedro Escudero, administrador de Doma Perpetual y antigua promesa del deporte de raqueta, lo sabe bien: pasó de jugar de chaval con jugadores como Carlos Moyá a pelearse en los floor de los bancos de inversión de la Gran Manzana. Con una rentabilidad bruta agregada de 225%, afirma: “En España no hay gestores capaces de batir a la Bolsa”. Tampoco hay muchos que la igualen (que devuelvan dentro una derecha a placer en el centro de la pista).
La frase
La defensa es ahora una cuestión existencial, más importante que las reformas estructurales: si no puedes proporcionar suficiente munición a tus soldados, no importa realmente lo que digasDovile Sakaliene, ministro de Defensa lituano
Al vigilante no le suele vigilar nadie, porque pone él las normas
Resulta que, en un nuevo ejercicio de autocomplacencia de lo público, la nueva ley española de IA apenas castiga a la Administración. Juristas y asociaciones profesionales denuncian que la norma solo impone sanciones simbólicas a los entes públicos que hacen un mal uso de la inteligencia artificial. Nada nuevo, ni sorprendente, toda vez que la separación de poderes entre el Legislativo y el Ejecutivo es poco menos que una ficción: Hacienda, por ejemplo, puede estar meses sin pagar lo que sale a devolver a un ciudadano en la declaración de la renta, pero no pasa nada. Pobre de ese ciudadano si no paga a tiempo, claro. Las Administraciones tienen, por cierto, un plazo diferente para pagar sus deudas que el común de los mortales. Por lo que sea.