Las claves: la presión fiscal aprieta, pero no ahoga
Justo desde hoy, las personas físicas, palpables, imponibles, pueden empezar a hacer su declaración de la renta
La cuestión de la presión fiscal en España es una de las muchas luchas ideológicas sin salida con las que convivimos. Unos dicen que es baja, comparado con los países de nuestro entorno, mientras que desde un punto de vista más liberal se viene a defender que el criterio no debería ser comparativo, sino cuantitativo. Dada por empatada esa partida, lo que está claro es que, en todo, incluso en la presión fiscal, hay clases: las empresas, por ejemplo, se benefician de todo un sistema tributario que hace que, al final, solo la mitad de sus beneficios acaben conformando la base imponible del impuesto de sociedades. Hacienda aprieta, pero no ahoga. Y a algunos más que otros.
Justo desde hoy, las personas físicas, palpables, imponibles, pueden empezar a hacer su declaración de la renta, esa que está gravada por un impuesto cuya progresividad es discutible, pero que sigue sin reformarse. Por lo que sea. En ella tienen la oportunidad de, como las empresas, rascar algún euro al fisco. Pueden estar contentos: este año, si toca pagar, se puede hacer por Bizum. Si sale a devolver, ya no: porque las cosas de palacio van despacio. Y, al final, Hacienda somos todos.
El Día de la Liberación de Trump no es ninguna broma
Ayer fue 1 de abril, el April Fools’Day (similar al día de los inocentes), que se celebra particularmente en el mundo anglosajón. Quizá por eso, Donald Trump opta por celebrar su particular Día de la Liberación hoy, día 2. Los aranceles que va a aplicar (o anunciar, si es que le queda alguno por tocar) no son ninguna broma, aunque cambian tanto que resulta difícil tomárselos en serio. El propio Trump es un experto en hacer reír al público, aunque a veces la risa deje una sensación amarga. Pero él, J. D. Vance y su equipo van en serio, y quieren reforzar la mano de Estados Unidos en el comercio mundial. La apuesta es arriesgada.
Las inteligencias humanas temen que las artificiales cojan el mando del avión
Los pilotos aéreos europeos temen que se sustituya a parte de ellos por inteligencias artificiales. La situación recuerda, de forma antitética, a la película 2001: una odisea del espacio, en la que la máquina HAL 9000 se rebela contra los tripulantes, que quieren reemplazarla por considerar que está estropeada. En un mundo ideal, inteligencias humanas y artificiales colaborarían juntos para que el pilotaje fuera más seguro; pero aumentar el número de empleados, aunque sean robóticos, sale más caro, y la tentación de ahorrar empleos es grande.
En todo caso, y suceda lo que suceda, conviene tratar bien a ChatGPT y compañía, por si alguna vez toman el mando y hacen recuento de quién fue amable con ellas.
La frase
Judicializar la política e inhabilitar candidatos [como Marine Le Pen, y en Rumanía] solo es un parche de unas élites completamente desorientadas que en el fondo están comprando el marco de las políticas ultras en asuntos como la inmigración o el militarismoJavier Sánchez Serna, portavoz de Podemos en el Congreso
Los móviles, un cáncer para la atención de los menores (y los adultos)
El secretario de Sanidad de EE UU, Robert F. Kennedy, dice, en contra del consenso científico, que los móviles producen cáncer. Desde luego, son todo un cáncer para la atención, en particular de los escolares, como también denuncia el propio Kennedy, y cada vez más políticos y expertos.
Quienes hayan probado algún retiro de silencio saben que la verdadera necesidad de mirar el smartphone viene de que también lo hacen los otros, del miedo a perderse algo, el famoso FOMO en el acrónimo inglés. Dado que todos los adultos están enganchados, los menores consideran, lógicamente, que es la manera de estar en la onda. Cuando crezcan, descubrirán que, en ese aspecto, como en tantos otros, el mundo adulto no es para tanto.
