El sueño americano de Hyundai ha tornado en dilema de pesadilla
El plan del grupo coreano de producir más en EE UU es arriesgado

El sueño americano del motor se ha vuelto pesadilla, como ilustra el caso de Hyundai. Apenas unos días antes del decreto de Trump de imponer un 25% de aranceles a los coches y piezas hechos fuera de EE UU, el grupo coreano se había comprometido a invertir 21.000 millones de dólares en la mayor economía del mundo para finales de 2028. En 2024, las filiales Hyundai Motor, Kia y Hyundai Steel dedicaron en conjunto unos 10.000 millones en gastos de capital a nivel mundial, según LSEG. El plan elevará su capacidad de fabricación en EE UU a 1,2 millones de vehículos, lo cual podría cubrir hasta el 80% de sus ventas en el país, frente a menos del 40% en 2024, estima Moody’s.
Es arriesgado. Si las políticas de EE UU cambian, la firma se verá obligada a pagar más por la mano de obra, las piezas y demás, mientras sus competidores continuarán importando desde centros más baratos. Pero no hacer nada es igualmente desalentador. Un arancel del 25% supondría, de media, unos 7.600 dólares más en el precio de venta de un vehículo importado, estima Jefferies. Los fabricantes tendrán que subir los precios, aceptar márgenes más bajos, o ambas cosas.
La gran apuesta de Hyundai es que la tendencia a largo plazo de trasladar la producción a EE UU continuará, y que el país seguirá siendo fundamental para su negocio. Es el mercado más grande y de más rápido crecimiento para Hyundai Motor y Kia. Los ingresos de Hyundai Motor en Norteamérica crecieron un 16% en 2024, hasta superar los 50.000 millones, el doble de la tasa de sus ventas globales.
EE UU también es atractivo porque permite escapar de las ultracompetitivas marcas chinas, debido a los aranceles y a unas estrictas normas tecnológicas. China supuso en 2016 un cuarto de las ventas de Hyundai, similar a Norteamérica; ahora es menos del 5%. En EE UU, la cuota de mercado del grupo ha superado el 10% en el primer trimestre, por encima de Stellantis, según Cox Automotive.
Al menos Hyundai tiene la opción de ampliar una base existente en el país, a diferencia, por ejemplo, de Mitsubishi, que tendría que abrir una fábrica. Hacer una puede llevar unos tres años. No obstante, los inversores han hecho caer las acciones de Kia y Hyundai Motor un 6% y un 8% desde el miércoles. Cualquiera que sea la decisión que tomen los fabricantes hoy, determinará su suerte en los próximos años.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías