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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El bufete Paul, Weiss y el arte de negociar bajo la coacción de Trump

Los abogados que ceden ante un Gobierno vengativo suelen quedar mal, pero probablemente su acuerdo impresione a los clientes que temen sufrir represalias

Sede de Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison, en Washington.

Un buen bufete de abogados sabe cómo cerrar un trato. Solo por eso, la venerable firma de asesoría jurídica corporativa Paul, Weiss se ha hecho valer ante Donald Trump. Los abogados que ceden ante un Gobierno vengativo suelen quedar mal, pero probablemente esto impresione a los clientes que temen sufrir represalias.

Brad Karp, presidente de Paul, Weiss, se encontró en una posición incómoda hace una semana cuando el presidente de EE UU expresó sus quejas y castigó al bufete. Citando a un exsocio que ayudó a investigar los pagos de dinero para silenciar a una estrella del porno y las prácticas de contratación de diversidad de Trump, la Casa Blanca rescindió en un decreto las autorizaciones de seguridad de Paul, Weiss y su acceso a los edificios gubernamentales. Al menos un cliente dejó de trabajar con el bufete.

Las grandes empresas tienen experiencia en dilemas políticos, incluso en políticas de diversidad. Muchas se paralizaron a finales de los 90 durante una reacción virulenta contra la discriminación positiva. Paul, Weiss representó a los detenidos de Guantánamo y llevó a cabo una investigación para Fox News sobre su entonces jefe, Roger Ailes. Es natural pensar que un bufete tan poderoso como Paul, Weiss, que trabajó en operaciones de fusiones anunciadas por valor de 359.000 millones de dólares en 2024, resistiría los alardes de Washington.

Karp tenía otras ideas, divergentes con su par de mayor tamaño Perkins Coie, que demandó al Gobierno tras ser blanco de un decreto similar. Se apresuró a ir a la Casa Blanca y lo resolvió. Según Trump, Paul, Weiss “reconoció la mala conducta” de su exsocio, acordó no seguir adelante en lo relativo a la diversidad y aportará el equivalente a 40 millones en trabajo pro bono para algunos de sus proyectos favoritos. Dado el contexto, las concesiones podrían considerarse soportables.

La estrategia conlleva riesgos. Paul, Weiss podría perder negocios por parte de cualquiera que se sienta consternado por la aquiescencia ante tácticas tan agresivas. También amenaza con legitimar la indecorosa forma de hacer negocios de Trump, lo que dificulta todo tipo de negociaciones tanto en el sector jurídico como en las empresas. Claro que otros ya se han doblegado a la presión. Y, como mínimo, Karp ha dejado claro que su bufete está dispuesto a regatear con decisión, incluso con los clientes más duros.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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