Las claves: Seat avisa de las paradójicas consecuencias de intentar proteger lo propio
Reordenar las cadenas de suministro no es fácil ni rápido
![Un Cupra Formentor en la línea de ensamblaje de la planta del grupo Volkswagen en Martorell, Barcelona.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7ZUHUHQIHFF2NBXZIZ65KRXZMQ.jpg?auth=bb853e01237d2771750f338e6f24fc66cb56766d87670146e88b2ff113a0f2eb&width=414)
Prestar atención en exceso a los volátiles aranceles de Donald Trump es caer, en cierto modo, en su trampa: lo que demanda es atención a lo mucho y lo bien que negocia, aunque a menudo sea humo de pajas. También son comprensibles las críticas que se le dedican, por sus efectos inflacionarios y el perjuicio que provocan en las empresas que exportan a Estados Unidos. Pero todo ello oscurece que también China tiene sus propias políticas restrictivas frente a todo lo que viene del extranjero, y sobre todo, que la UE se ha sumado a la fiebre proteccionista, a costa a menudo de sus propias compañías. Ahora es Seat la que advierte de 1.500 despidos en España si no se reducen los aranceles de Bruselas a los vehículos eléctricos fabricados en China, que les hacen producir a pérdidas. La medida se aprobó en octubre con 10 países a favor, 12 abstenciones (entre ellas la de España) y 5 noes (Alemania incluido). Idealmente, los aranceles pueden potenciar la industria local, al hacer que las compañías reordenen sus cadenas de suministro. Pero eso no es fácil ni rápido. El infierno está empedrado de las buenas intenciones de proteger el empleo y la industria propios.
Las tecnológicas vuelven a confiar en que el futuro está en sus manos
En la pandemia, las grandes tecnológicas contrataron y contrataron personal imaginando un futuro en el metaverso (¿recuerdan ese concepto?). Luego llegó la nueva normalidad, en la que la gente descubrió la importancia de verse y tocarse, y las compañías ejecutaron despidos masivos. Ahora el péndulo vuelve a oscilar a su favor, gracias, sobre todo a la inteligencia artificial, y han vuelto a aumentar sus plantillas. Conviene que no se confíen demasiado, no sea que la gente descubra que es más eficaz usar el software listo para tareas concretas, en lugar de para tratar de crear replicantes de los humanos.
La banca sabe cómo ganar cuando los tipos no están por los suelos
Los grandes bancos españoles consiguieron beneficios récord el año pasado, gracias a una concatenación de contextos de tipos de interés que les han beneficiado. Las entidades financieras suelen moverse con más comodidad en entornos de tipos relativamente altos (sin pasarse, claro, porque demasiada restricción acaba ahogando la economía en general y los préstamos en particular). Los años de los tipos ultrabajos no les dejaban margen para jugar con los porcentajes, algo que sí pueden hacer ahora, tanto cuando sube el precio el dinero, como cuando baja.
Estos resultados contrastan, pues, con las protestas por el impuesto extraordinario a la banca, ahora rediseñado y fijado para tres años. Al menos, tienen con qué pagarlo.
La frase del día
Noruega hará lo que pueda para evitar una guerra comercial entre Estados Unidos y Europa. Pero si se introdujeran aranceles, trabajaríamos con la UE para encontrar formas de no acabar en medio de los dos bloques comerciales
Jens Stoltenberg, ministro de Economía de Noruega y ex secretario general de la OTAN
Los ricos no suelen enseñar sus casas en público, salvo que necesiten dinero
Hay un mercado –pequeño en número pero grande en volumen de negocio–, de casas de lujo que se ofrecen casi a escondidas, a compradores que tampoco quieren que se sepa que están buscando una vivienda. Es el off market inmobiliario, cuyos usuarios quieren discreción; quizá simplemente para que no vengan paisanos a cotillear, o porque no quieren que haya rumores de que necesitan dinero, o simplemente porque hablar del parné sigue estando mal visto en España (en Estados Unidos, rey del capitalismo, los ricos son a veces exhibicionistas). Además, muchos ricos no quieren que se vean sus casas por dentro; solo a veces aceptan un reportaje en una revista del corazón, quizá para conseguir un dinero que les ahorre tener que vender la casa.