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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Beneficios colaterales de la victoria de Trump

Una cartera con sesgo político podría beneficiarse de un futuro en rápida gestación

Donald Trump recibe una ovación en Wall Street tras ser nombrado persona del año por TIME.
Donald Trump recibe una ovación en Wall Street tras ser nombrado persona del año por TIME.New York Stock Exchange (EFE)

Todo apunta a que habrá cambios sensibles con la llegada de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Las coreografías y escenarios que se preparan generan distintas expectativas, según regiones y mercados. A nivel empresarial, hay varias compañías que aparentemente tendrían que beneficiarse de un nuevo Gobierno intensamente pro-business. En este sentido, una hipótesis de inversión consistiría en identificar empresas vinculadas con nominados de Trump para su Ejecutivo y analizar si su desempeño en el mercado podría mejorar a corto y medio plazo. Como acto de buena fe, se supone que no se producirán conflictos de intereses.

Repasando una lista de 30 escogidos, se puede observar que la mayoría son políticos, periodistas, empresarios o profesionales liberales, entre otros. Aunque han sido nominados por Trump, será el Senado quién finalmente tendrá que ratificarlos en sus cargos. En esta lista destaca un subconjunto de multimillonarios que tienen participación u ocupan cargos relevantes en determinadas empresas.

Si damos credibilidad a esta hipótesis de beneficios colaterales, las empresas primeras a considerar serían las del propio Donald Trump. Pero también las relacionadas con Elon Musk, escogido para dirigir el denominado DOGE, un departamento de nueva creación, que ofrecerá asesoramiento para reducir el gasto y la burocracia del Gobierno. Una compañía aparentemente agraciada sería Tesla; cotiza en bolsa y es de sobras conocida. Por ejemplo, una regulación más laxa permitiría que se ampliaran significativamente las áreas de conducción autopilotadas en USA. Eso daría alas a su nuevo modelo Cybercab, un coche con previsión de lanzamiento en 2026, sin volante ni pedales.

Hay más empresas en la esfera de Musk, como Space X, Starlink o Neuralink. Deberían seguir creciendo y esperar su oportunidad para salir a bolsa. Por un lado, la compañía Space X, que opera en el sector aeroespacial y Starlink, que ofrece servicios de comunicación vía satélite, podrían beneficiarse enormemente de la reducción en burocracia y una regulación más permisiva. Les permitiría multiplicar el lanzamiento de cohetes y satélites, consiguiendo sustanciosos contratos con Gobiernos, compañías y otros organismos. Por otro lado, Neuralink tiene como objetivo implantar pequeños dispositivos electrónicos en el cerebro humano, con tal de mejorar la vida de personas con ciertas discapacidades. Estos implantes son invasivos y el avance es lento en un mercado sanitario tradicionalmente muy regulado y con altas barreras de entrada. Una agilización en los procesos de obtención de permisos y certificación para sus productos le daría una ventaja sustancial.

En la segunda fila de este radar arbitrario hay empresas menos conocidas, pero aparentemente vinculadas con actores recientemente elegidos por Trump. En este sentido, parece un ejercicio interesante visualizar algunas de estas compañías y su potencial de oportunidad.

Un caso especial es el de Jared Isaacman, un multimillonario con experiencia en vuelos espaciales, que incluso ha protagonizado el primer paseo espacial privado de la historia. Ha sido elegido por Trump para ocupar el cargo de máximo responsable en la NASA. Pero Isaacman es el CEO de Shift4 Payments, una compañía dedicada a la transacción y proceso de pagos, que cotiza en el NYSE y de la que posee un 10% de sus acciones. Una mayor escalabilidad para conseguir aumentar las transacciones con la misma inversión tecnológica podría hacerse efectiva con un mayor acceso a grandes cuentas o con múltiples pymes en su clientela. Antes de su nominación, las previsiones de ingresos para Shift4 Payments apuntaban a un 30% de crecimiento anual. La empresa tiene una deuda elevada (207% frente a recursos propios), pero en los últimos 5 años la ha reducido progresivamente (80% menos).

Otra nominación de Trump es la del multimillonario Chris Wright, un negacionista del cambio climático, para ocupar el cargo de Secretario de Energía. Trump pretende que la producción de gas y petróleo en EE UU vaya rápidamente al alza, tanto para consumo nacional como para exportación (drill, baby, drill!). Wright es CEO de una compañía denominada Liberty Energy, cuya principal actividad consiste en suministrar tecnología y equipos de fracking (especialmente para la extracción de gas). La empresa cotiza en el NYSE, tiene beneficios y poca deuda (6%). Previamente, los analistas apostaban por una reducción del 5% de sus ingresos en 2025; ahora, las previsiones podrían cambiar.

Otro multimillonario escogido es Vivek Ramaswamy, en este caso para coliderar con el propio Elon Musk la influyente DOGE. Ramaswamy está vinculado a la compañía Roivant Sciences, con un 7% de su accionariado. Se trata de una empresa de biofarma que desarrolla y comercializa soluciones para la inflamación e inmunología, entre otras actividades. La compañía ha hecho adquisiciones estratégicas y colabora estrechamente con algunas de las grandes farmacéuticas. Cotiza en el Nasdaq y, antes de la nominación de Ramaswamy, sus previsiones de ingresos anuales eran superiores a 50%. Aunque históricamente la facturación haya oscilado sensiblemente, Roivant Sciences no está endeudada y tiene varios de sus productos en fase avanzada de aprobación.

Durante el último año, las acciones de Shift4 Payments se han revalorizado un 53%, mientras que las de Roivant Sciences y Liberty Energy han aumentado un 11% y 12%, respectivamente. En el mismo periodo de tiempo, el índice S&P 500 ha aumentado el 25% y el Nasdaq un 32%.

Shift4 Payments parece estar sobrevalorada, con un PER (price to earning ratio, el ratio entre el precio de la acción y su beneficio neto) de 60,4, mientras que Roivant Sciences y Liberty Energy estarían más baratas (1,9 y 9,5 respectivamente), por lo menos desde la perspectiva de esta ratio: pero conviene recordar que estas tres empresas operan en distintos mercados.

Una micro-cartera de tres títulos, con sesgo político y poco ortodoxa, es arriesgada, pero si esa correlación hipotética entre política y mercado existe, sus resultados al alza podrían materializarse a media legislatura (2-3 años).

Xavier Alcober Fanjul es ingeniero y consultor.

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