Soltar el freno de la deuda sacará a Alemania de la depresión
El cambio es imperativo porque la economía alemana lleva demasiado tiempo encadenada
Solo circunstancias imprevistas podrían impedir a Friedrich Merz, el duro jefe del partido conservador CDU, encabezar el Gobierno de la mayor economía de Europa tras las elecciones generales de febrero. Con un país que apenas crece tras dos años de recesión, Merz impulsará una versión alemana de la terapia de choque. Eso solo funcionará si encuentra formas creativas de aflojar el freno de la deuda, que durante 15 años ha sido el principal obstáculo para unas políticas fiscales sensatas.
Merz no quiere eliminar la medida que obliga a los gobiernos alemanes a contener el déficit presupuestario federal dentro del 0,35% del PIB. Ha sido un ferviente defensor de la medida, que se votó en la Constitución en 2009. Pero no puede hacer frente a los problemas del país suprimiendo las ayudas sociales y reduciendo la burocracia, sus dos únicas ideas económicas por ahora.
El líder de la CDU es un decidido partidario de mantener el flujo de ayuda alemana a Ucrania, al igual que el actual canciller, Olaf Scholz. Pero Merz sabe que sería difícil hacerlo respetando la rígida norma fiscal. En noviembre dijo que podría estar abierto a reformar el freno de la deuda a condición de que no se utilizara para financiar transferencias sociales o estimular el gasto de los consumidores.
Hay formas de modificar la norma. El Consejo Alemán de Expertos Económicos, formado por cinco miembros y encargado de asesorar al Gobierno, esbozó algunas de ellas a principios de 2024. Sugirió que el límite del 0,35% podría elevarse si la carga de la deuda del país se sitúa por debajo de un determinado nivel. La actual ratio de deuda de Alemania con respecto al PIB, en torno al 62% del PIB, es una de las más bajas de la zona euro. Los asesores también abogaron por una mayor flexibilidad cuando el Gobierno necesite suspender el freno de la deuda en casos de emergencia nacional o en coyunturas económicas desfavorables.
Incluso esas reformas necesitarían una enmienda constitucional. Merz, cuya CDU se espera que reciba alrededor de un tercio del voto popular, tendrá que gobernar con otros partidos. Construir una nueva Gran Coalición con los socialdemócratas de Scholz es la opción más obvia. Pero incluso entonces, los dos partidos tradicionales podrían no reunir los dos tercios de los diputados necesarios para tales cambios.
Pero el cambio es imperativo porque la economía alemana lleva demasiado tiempo encadenada al freno de la deuda. La escasez de inversión pública ha provocado el deterioro de las infraestructuras, la mala conexión de las redes, el descenso de la productividad y la incapacidad de la mayor potencia económica de Europa para financiar tareas prioritarias como el gasto en defensa o la transición ecológica. Un cambio de Gobierno y la liberación del freno de la deuda ofrecen la oportunidad de poner fin a 15 años de sinsentido económico.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.