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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Pocos visos de un ojo por ojo China-UE

La respuesta de Pekín a los aranceles al coche eléctrico es relativamente moderada

Copa de coñac.
Copa de coñac.Mike Segar (REUTERS)

A juzgar por su reacción a los aranceles europeos sobre los vehículos eléctricos, los burócratas chinos aún no se han puesto en marcha tras la Fiesta Nacional de la semana pasada. La respuesta de Pekín ha sido muy anunciada y relativamente moderada, y las probabilidades de una espiral de revancha parecen menores.

La respuesta inmediata china consiste en aplicar un denominado depósito de seguridad de entre el 31% y el 39% al brandy importado de la UE, que equivale en la práctica a un arancel. Pekín añadió que siguen en curso las investigaciones antidumping sobre productos lácteos y porcinos. También está estudiando imponer aranceles a los vehículos de gran cilindrada, como los caros deportivos alemanes de fabricantes como Porsche.

Estas medidas, ya habían sido telegrafiadas, y no son radicales. El denominador común es que las importaciones penalizadas son prescindibles para los ciudadanos chinos de a pie o fácilmente sustituibles. Por ejemplo, el brandy. La marca Louis XIII de Rémy Cointreau, cuya botella estándar cuesta unos 4.350 dólares, según Bernstein.

En cuanto a los lácteos, China importa casi el 30% de países europeos como Alemania, Polonia y Francia, pero podría cambiar con relativa facilidad a alternativas neozelandesas. Algunos productos hechos en la propia China, como la carne de cerdo, ya afrontan una débil demanda. De ello se deduce que Pekín solo está dispuesta a aceptar medidas que impliquen un mínimo sufrimiento económico para China. Esto puede deberse a que ve margen para seguir negociando, quizá alentada por las divisiones dentro de Europa. Por ejemplo, ni Alemania ni España votaron a favor de los aranceles, lo que quizá explique por qué la medida sobre el brandy afecta sobre todo a los franceses.

Otra explicación es que posibles medidas más radicales son complicadas. En teoría, China podría recortar sus grandes pedidos a Airbus. Pero dado que la única alternativa sería la estadounidense Boeing, parece poco probable. Otra opción sería golpear a firmas del lujo como LVMH y Kering. Pero Pekín aún no ha mencionado esa idea, que también podría ir contra sus intentos de reactivar la economía. El resultado, por ahora, parece relativamente esperanzador. China está escalando, pero mantienen la rampa de salida en su sitio.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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