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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La apuesta de Equinor por Orsted es una ruta barata hacia los objetivos verdes

Comprar en lugar de construir, como hace la petrolera noruega, parece más asequible en este momento

Turbinas de Orsted cerca de Nysted (Dinamarca).
Turbinas de Orsted cerca de Nysted (Dinamarca).Tom Little (REUTERS)

El maltrecho sector de la energía eólica marina recibirá una especie de balón de oxígeno. El mismo día en que se supo que BP podría rebajar sus promesas de recortar la producción de petróleo, Equinor reveló una participación del 9,8% en la danesa Orsted, de 176.000 millones de coronas danesas (24.000 millones de euros), el mayor promotor de energía eólica marina del mundo.

Equinor dijo que no planeaba aumentar su participación más allá del 10% y que no buscaría representación en el consejo. Dado que la participación del 51% del Estado danés hace improbable una oferta pública de adquisición, el principal atractivo para el comprador noruego, valorado en 73.000 millones de dólares, es que representa una forma barata de alcanzar sus objetivos ecológicos.

Una de las razones por las que los grupos petroleros europeos están cotizando con descuento frente a rivales estadounidenses como Exxon Mobil es su enfoque más entusiasta de las energías renovables. Aunque Shell y BP están volviendo a hacer hincapié en la producción de petróleo, y Equinor siempre ha dejado difusa su propia ruta para alejarse del crudo, algunos de ellos siguen teniendo objetivos de capacidad de energía verde. Equinor quiere aumentar la capacidad renovable instalada de energía eólica marina, solar y terrestre de los 900 megavatios actuales a entre 12 y 16 gigavatios (GW) en 2030.

En teoría, con sus más de 20 GW en proyectos de energías renovables, la empresa noruega podría desarrollarlos por sí sola. Pero reducir la envergadura del reto apostando por Orsted tiene sus ventajas. El valor de mercado del grupo danés se ha reducido en más de un tercio desde 2023, debido a retrasos en la cadena de suministro, inflación, mayores costes de financiación y contratiempos regulatorios. Y Equinor probablemente haya pagado menos de los 2.300 millones de euros del valor en papel de las acciones de Orsted, basado en el precio de cierre del viernes de esta última, ya que ha acumulado la participación a lo largo del tiempo.

Comprar en lugar de construir parece más barato en este momento. Trasladar aerogeneradores gigantes y montarlos en medio del mar suele costar unos 3.000 millones de dólares (2.700 millones de euros) por gigavatio, según fuentes del sector. Dado que Orsted ya cuenta con más de 10 GW de capacidad instalada, la compra del 10% de la empresa permite a Equinor consolidar 1 GW en su cartera de forma inmediata y con descuento.

Para los amantes de la energía eólica, es una inyección de moral menor que si el consejero delegado de Equinor, Anders Opedal, hubiera optado por construir él mismo una gran cantidad de nueva capacidad. Pero la tasa interna de rentabilidad estimada por el propio grupo para el desarrollo de energías renovables es de solo el 4%-8%, y su principal proyecto en Estados Unidos –Empire Wind– se inclina hacia el extremo inferior de ese rango. A los inversores en petróleo no les gusta eso, ni los riesgos operativos de poner en marcha la energía eólica.

El consejero delegado de Orsted, Mads Nipper, ha conseguido en gran medida sujetar el barco: los costes de los insumos se han estabilizado y los Gobiernos están ofreciendo subvenciones verdes más cuantiosas. Es un buen momento para apostar por la eólica marina, aunque Opedal solo lo haga de forma parcial.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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