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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Al BCE se le acaba el tiempo para reactivar la zona euro

Lagarde se enfrenta a una difícil elección: mantener los tipos elevados para controlar la subida de precios o recortarlos rápidamente para evitar una posible recesión

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante la rueda de prensa celebrada en Fráncfort el pasado 6 de junio.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante la rueda de prensa celebrada en Fráncfort el pasado 6 de junio.Wolfgang Rattay (REUTERS)

Fráncfort, tienes un problema. Las encuestas empresariales y la debilidad de Alemania sugieren que el crecimiento de la eurozona puede estar flaqueando. Sin embargo, con una inflación todavía elevada, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, se enfrenta a una difícil elección: mantener los tipos elevados para controlar la subida de precios o recortarlos rápidamente para evitar una posible recesión. La segunda opción parece la mejor.

Hasta hace poco, Lagarde parecía estar pilotando con seguridad la economía del bloque hacia un “aterrizaje suave”, en el que la inflación volviera al objetivo del 2% del BCE y el PIB siguiera creciendo. Los 20 países que comparten el euro han crecido, en conjunto, un 0,3% trimestral durante los últimos seis meses. La producción se mantuvo incluso cuando la estricta política monetaria redujo la inflación a más de la mitad de la media del bloque del 5,4% del año pasado.

Ese panorama halagüeño se ve amenazado. Una encuesta realizada por S&P Global entre 5.000 empresas de la zona euro registró el crecimiento más lento de la región desde marzo. Y las empresas se mostraron menos optimistas sobre los próximos 12 meses desde enero. El índice ZEW alemán, que mide la diferencia entre el porcentaje de analistas del mercado financiero que esperan que la economía mejore y los que piensan que empeorará, se desplomó de 42 en julio a 19 en agosto. Es cierto que las economías más pequeñas, como España y Portugal, van mejor, pero Alemania representa casi un tercio del PIB de la zona euro.

Esto es un dilema para Lagarde, que en junio bajó los tipos por primera vez desde 2019, pero se ha negado a comprometerse a más recortes. Duda porque el BCE no está convencido de haber matado la inflación. Los teutones de línea dura de su Consejo de Gobierno apuntan al aumento de la inflación general en julio hasta el 2,6% desde el 2,5% de junio, y a la obstinadamente alta inflación de los servicios, que fue del 4% el mes pasado.

Lagarde tiene que elegir qué perspectiva es más aterradora: arriesgarse a una recesión manteniendo los tipos altos o arriesgarse a un repunte de la inflación reduciéndolos demasiado rápido. De los dos peligros, una recesión económica parece más preocupante. El largo periodo de tipos está ahogando el crecimiento. Los pagos netos de intereses de las empresas no financieras de la zona del euro están en su nivel más alto desde 2009, según BCA Research. El crecimiento del empleo también se está estancando, una señal preocupante para las finanzas de los hogares y el consumo doméstico.

Los inversores creen que el BCE entrará en razón y se embarcará en una serie de recortes. Apuestan por que los tipos de interés de la zona euro se sitúen en el 2,5% el próximo mes de junio, frente al 3,75% actual, según los precios de los derivados recogidos por LSEG. Para entonces, el BCE espera una inflación del 2,2% y un crecimiento anual del PIB del 1,4%: un “aterrizaje suave” de manual. Sin embargo, para llegar ahí, Lagarde tendrá que dar más empuje a la economía con tipos más bajos.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.

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