La escasez de potencia inducirá fusiones eléctricas
La inversión que requiere renovar las redes obligará a empresas como Iberdrola a concentrarse
Las redes eléctricas europeas, cada vez más envejecidas, están dando un vuelco a su gasto. Las necesidades de los coches eléctricos, la inteligencia artificial y las energías renovables exigen mayores inversiones. Muchas tendrán dificultades para obtener fondos, lo que las obligará a vender activos. Eso podría desencadenar una oleada de fusiones y adquisiciones.
La demanda de electricidad del Viejo Continente lleva décadas cayendo, pero podría estar a punto de repuntar. Los analistas de Goldman Sachs calculan que el consumo de electricidad en la Unión Europea y el Reino Unido juntos crecerá una media del 3,6% anual hasta 2033. Esto significa que los operadores eléctricos de la región necesitarán unos 800.000 millones de euros para mejorar sus infraestructuras durante ese periodo.
Las empresas de servicios públicos ya están respondiendo. John Pettigrew, consejero delegado de la británica National Grid, tiene previsto invertir 60.000 millones de libras (70.000 millones de euros) de aquí a 2029, casi el doble que en los últimos cinco años. Otras empresas como la británica SSE, la alemana E.ON y la belga Elia han previsto mayores inversiones este año.
Pero esto pondrá a prueba sus ya de por sí deteriorados balances. National Grid tiene 43.000 millones de libras (50.000 millones de euros) de deuda neta, casi 6 veces su ebitda estimado para el ejercicio fiscal que finaliza en marzo de 2025, según las previsiones de LSEG. Elia, que planea invertir 30.000 millones de euros en Alemania y Bélgica hasta 2028, tiene un nivel de endeudamiento similar.
Si conseguir más deuda parece difícil, vender capital tampoco lo será. Cuando National Grid lanzó en mayo una emisión de derechos por valor de 7.000 millones de libras (8.000 millones de euros), fijó el precio de las acciones con un descuento del 35%, y su valor de mercado se desplomó en casi una quinta parte.
Es posible que los accionistas prefieran la venta de activos, como hizo National Grid cuando vendió sus redes de transporte de gas a Macquarie, o recurrir a fondos de infraestructuras de capital riesgo con mucho dinero para crear empresas conjuntas de redes renovables.
RWE, por ejemplo, está explorando opciones para su participación del 25% en Amprion, uno de los principales operadores de redes de transmisión eléctrica de Alemania. Países Bajos también está intentando deshacerse de la rama alemana del operador estatal de redes eléctricas TenneT, después de que el Gobierno de Berlín fracasara en su intento de comprarla en junio.
La última gran operación del sector sugiere que los vendedores pueden obtener una prima decente. El día 2, Iberdrola anunció la compra del 88% de la británica Electricity North West (ENW), valorándola en 4.200 millones de libras (4.900 millones de euros), incluida la deuda neta.
El precio implica una prima del 53% sobre los activos regulados actuales de ENW, según los analistas de Bernstein, ligeramente inferior a lo que National Grid pagó por Western Power Distribution en 2021. Podría ser un buen punto de referencia para más fusiones y adquisiciones.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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