Las claves: el apocalipsis vuelve a decepcionar, y guerra a martillazos entre Renfe y Talgo
La Bolsa japonesa registra su mayor subida desde 2008
En los últimos tiempos, ser partidario del apocalipsis (o antimadridista, que no es exactamente lo mismo) es difícil. Si el lunes los redactores financieros le quitaban ya el polvo al recurrido “día negro” –mientras cundía el pánico vendedor en Japón, contagiando las Bolsas mundiales– ayer volvió la calma. El Nikkei, índice de referencia en Japón, pasó de caer un 12,5% el lunes (su mayor retroceso en 37 años) a subir un 10,23% ayer, un avance diario no visto desde 2008.
Se ve que los augurios de recesión en Estados Unidos han sido ligeramente exagerados, y que lo que el mercado necesitaba era que le diera un poco el aire. Un pequeño terremoto bursátil tras tantos meses de aburridos récords alcistas en los mercados –para darle un poco de color a las vacaciones de los analistas–, que no debería ignorar, con todo, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. El apocalipsis y los antimadridistas tendrán que esperar, de momento. Quizá a septiembre, que hace menos calor, y vuelve el fútbol de clubes.
Puigdemont se gusta en su papel de ‘follonero’ oficial de Cataluña
Si algo hay que reconocerle a Carles Puigdemont es sentido del espectáculo. Su anunciado regreso a España y su posible detención arrojan incertidumbre sobre la investidura de Salvador Illa como presidente de Cataluña, que tiene de límite el 26 de este mes. En verdad, Puigdemont tiene un motivo sobradamente justificado para volver: tomar posesión de su escaño. Pero, aunque insista en su voluntad de ser votado presidente de la Generalitat, cunde la sensación de que se siente más que cómodo en su papel de follonero oficial de Cataluña. Aunque eso incluya el desagradable trago de pasar por la cárcel.
Guerra entre Renfe y Talgo por los retrasos a golpe de martillo
Renfe anunció ayer que iba a pedir una compensación económica al fabricante de trenes Talgo –al que le crecen los enanos– por las “graves incidencias técnicas” que están registrando los nuevo trenes Avril, estrenados en mayo tras años de proféticos retrasos. Difícil papel para el tuitero (y ministro de Transportes) Óscar Puente, que, por un lado, defiende a Renfe de la indignación, y por el otro tiene que defender a Talgo de una opa extranjera.
El arma elegida en esta contienda parece haber sido ya elegida: el martillo. Concretamente, el martillo de emergencia que tuvieron que usar para reventar las ventanas y obtener un poco de aire (tras horas encerrados en un túnel) los viajeros de un tren el lunes en Madrid.
El auge de los vehículos eléctricos se ha ralentizado y hay un claro renacimiento de las transmisiones híbridas. Como los fabricantes de automóviles tienen que cumplir los objetivos de emisiones, la tendencia a la electrificación está intactaKlaus Rosenfeld, CEO de Schaeffler
¿Justicieros o viejas del visillo digitales? Quién vigila a los vigilantes
Hay ciudadanos que consideran que sus móviles son una especie de capa de superhéroe, y actúan como tal. Así, una persona se cree con el derecho (o la obligación) de exponer en las redes a otra que ha sido infiel a su pareja. O, en el más extremo de los casos, cuadrillas ciudadanas salen a las calles a exponer a los carteristas de las grandes ciudades, en vídeos que acumulan millones de visitas.
Estas prácticas, moralidad aparte, son fundamentalmente ilegales, apunta un experto, que cree que a muchos justicieros les corresponde más el calificativo de “viejas del visillo digitales”. La proliferación de estos sujetos lleva a preguntarse, como ya hizo el poeta romano Juvenal en el siglo I, quién vigila a los vigilantes (Quis custodiet ipsos custodes?).
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