El motor europeo pone rumbo a boxes en Bolsa
Los inversores están poniendo en precio las piedras que se han ido encontrando por el camino gigantes como Mercedes, Volkswagen, Porsche, BMW o Stellantis
La temporada de resultados ha terminado por forzar la bandera amarilla a los fabricantes de coches europeos. El sector se ha convertido en uno de los más castigados en lo que va de año en Bolsa, junto con las empresas de materiales básicos y las aerolíneas, y se sitúa muy lejos de la pole del Stoxx 600, que lideran las compañías de salud y las entidades financieras. Los inversores están poniendo en precio las piedras que se han ido encontrando por el camino gigantes del motor como Mercedes, Volkswagen, Porsche, BMW o Stellantis. De todas ellas, China, con las dudas sobre su economía y la debilidad de su demanda, pero, en especial, por la fuerte apuesta de sus fabricantes nacionales por el coche eléctrico, está siendo la más molesta para los inversores, pese a la batería de aranceles que está imponiendo sobre el sector la Unión Europea. Trabas que tampoco ayudan a la imagen del motor europeo en el país asiático.
Después de años en los que el sector ha afrontado ingentes inversiones para impulsar los vehículos eléctricos, la demanda de los consumidores no está respondiendo. El mercado español es un buen ejemplo, donde coches híbridos y eléctricos cuentan con una presencia inferior al 10% en las ventas. Ni las relevantes ayudas para la compra de este tipo de automóviles están logrando servir de impulso ante la prudencia que están demostrando los consumidores a la hora de apostar por ellos.
Las acciones de BMW lideran los recortes en Bolsa del sector en lo que va de año, cerca del 20%, y ya hay firmas de análisis que han colgado el cartel de venta a sus títulos a falta de un catalizador positivo para próximos trimestres en su balance. Lejos quedan ya las fuertes alzas que registraba el sector allá por abril, cuando casi triplicaba el rendimiento de la Bolsa europea y compañías como BMW, Stellantis o Ferrari rozaban sus máximos históricos. En las últimas ocho jornadas, Stellantis se ha dejado una quinta parte de su valor en Bolsa y firma su peor racha desde 2016.
Cierto es que la corrección que está registrando el mercado está dejando pocas alegrías, aunque hay que decir que esta no era inesperada por los gestores ante las elevadas valoraciones de las tecnológicas, impulsoras de la evolución de la renta variable en 2024. Caídas que habrá quien aproveche para tomar posiciones a buen precio o acelerar la rotación de su cartera. Con las maletas ya a punto, no está de más recordar que en agosto la volatilidad tiende a dar algún que otro susto a los inversores. Abróchense los cinturones por si acaso.
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