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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Cada gota cuenta: urgencia por el uso eficiente del agua

Se debe reforzar la capacidad de almacenamiento y mejorar el ahorro y la eficiencia

Un niño se refresca en una fuente de agua en un parque de Palma de Mallorca.
Un niño se refresca en una fuente de agua en un parque de Palma de Mallorca.CATI CLADERA (EL PAÍS)

Naciones Unidas declaró al período 2018-2028 Decenio Internacional para la Acción “Agua para el Desarrollo Sostenible”. Decenio así acordado con el fin de acelerar las actuaciones en materia de agua necesarias para alcanzar el anhelado desarrollo sostenible que nos marca la Agenda 2030. Lo global es en alguna medida la suma de lo local. En este sentido, conviene que cada una de las partes empiece a actuar, y no demorar, por lo que mejor puede y lo que debe hacer con base en sus atribuciones, competencias, responsabilidades y posibilidades.

En la última conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se habló, se acordó, y mucho, de adaptación al cambio climático, parte esencial en la lucha contra el calentamiento global, y para lo que el Acuerdo de París también establece objetivos. Hay que aumentar la financiación, la cooperación, pero sin dejar de abordar, cada uno, lo primero, su cometido. Todo ello si queremos ganar la batalla de la lucha contra el cambio climático, si queremos llegar a 2030 habiendo avanzado lo debido en los 17 ODSs.

Somos especialmente vulnerables al cambio climático. Y la recurrente escasez de agua, que caracteriza nuestro país, va a agravarse, como lo hará el riesgo de inundaciones. Nada que no sea sobradamente conocido, proclamado, repetidamente advertido... De este recurso valioso e insustituible, que es el agua, dependen nuestro bienestar, nuestro medioambiente, nuestro desarrollo económico y nuestra soberanía presentes y futuros.

En diciembre conocimos que la Comisión decidió llevar a España ante el Tribunal de Justicia por incumplir la directiva sobre tratamiento de aguas residuales urbanas. Hace unos días, este mismo mes de febrero, que lo hará también por incumplir la directiva marco de agua y la directiva de evaluación y gestión de riesgos de inundación.

El sistema de agua español lleva siglos de construcción gracias a la acción de administraciones públicas, de usuarios y de empresas. Hemos sido pioneros en numerosos ámbitos a nivel mundial, que abarcan desde la gobernanza y gestión del agua hasta desarrollos tecnológicos punteros. Pero cada día se precisa más y más una acción renovada y continuada que dé respuesta a cada necesidad en materia de agua, y no son pocas. Acción acelerada, continua, ininterrumpida y ambiciosa.

Un informe de la CEOE indica que solo un 3% de los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia –que tienen como objetivo la transición ecológica, la digitalización y fomentar el crecimiento de nuestra economía, del empleo, la cohesión social y territorial y para mejorar la resiliencia–, se destinarán al agua. Es difícil encontrar un ámbito que cumpla mejor y simultáneamente con los tres objetivos marcados para los fondos Next Generation.

España ha vivido momentos cuyas circunstancias limitaban la capacidad inversora. Pero la solidaridad de la Unión Europea ha puesto a disposición recursos abundantes para hacer frente a la inversión requerida.

Se cuenta, pues, con recursos financieros, con la planificación requerida, con empresas punteras y desarrollos tecnológicos. Con grandes ingenieros. Vivimos en un mundo digital que nos facilita medir, cuantificar, conocer, decidir, informar. Todo lo preciso para abordar decisiones estratégicas de las que depende la sostenibilidad de nuestro sistema productivo y nuestro bienestar. Para abordar inversiones que requieren años de ejecución, lo que añade urgencia a las mismas, y que son respuesta al futuro de nuestra autonomía alimentaria, de nuestra autonomía energética, a un medioambiente debidamente preservado. Inversiones que posibiliten escenarios lo más ciertos posibles en un futuro del que, si sabemos algo, es que incertidumbres no van a faltar. Inversiones que son creadoras de empleo presente y garantes del empleo futuro. Firmes en los compromisos medioambientales, pero de la mano de la protección de la competitividad de nuestra economía, de nuestros sectores productivos.

El agua es un recurso escaso, valioso, y condicionado por un contexto de cambio climático. El agua es también un recurso reutilizable y almacenable. La política de agua es de enorme sensibilidad y requiere equilibrios muy diversos por lo que debe definirse en concierto con todos los sectores y ámbitos relacionados, pues eso es también sostenibilidad.

La gestión de futuro no debe olvidar la educación y la concienciación sobre el valor del agua. Valor que lo es tanto en periodos de sequía, cómo cuando esta no nos acucia. La población, los distintos usos, todos debemos ser conscientes de que el ahorro, la eficiencia en el uso del agua es siempre en beneficio propio, pues el agua ahorrada es agua que estará a disposición de cada uno ante un futuro incierto. Con o sin sequía, deben establecerse medidas de gobernanza que estimulen el mejor uso, la reducción de la huella hídrica, entre otros, por medio de una tarificación que persiga estos propósitos y sea acorde con lo establecido en la directiva marco de agua.

Cada gota cuenta. Se debe reforzar la capacidad de los sistemas de almacenamiento, favorecer un mejor desarrollo del ciclo urbano del agua de modo más circular, mejora del ahorro y eficiencia en el uso del agua, entre otras, eliminando las cuantiosas pérdidas y fugas que no nos podemos permitir, mejorar las posibilidades de colaboración público-privada, abordar las necesidades de actuación integral medioambiental en cada espacio natural que lo requiera, culminar la depuración a que estamos obligados, a nivel europeo, pero sobre todo con nuestros ríos, inversión en tecnología, en investigación, y un largo etcétera que nos permita dejar de hablar de la urgente necesidad de acción en materia de agua cuando hay sequía, para pasar a hablar de lo mucho logrado también y fundamentalmente cuando Santa Bárbara deja de tronar.

Isabel García Tejerina es asesora senior de EY y exministra de Agricultura

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