A China le conviene mantener abierta la ruta hacia Europa
La UE recibe el 15% de las exportaciones del país asiático, y los coches eléctricos suponen solo un 2% de ellas
China y la UE han acordado iniciar conversaciones sobre el plan del bloque de imponer aranceles adicionales a la importación de vehículos eléctricos fabricados en el país asiático; Pekín quiere que se eliminen las barreras, según el Global Times. Las negociaciones subrayan la preocupación oficial por la futura dirección de la relación comercial en general.
La cuestión amenaza a la economía del país más que a sus fabricantes. Pueden sobrevivir a los aranceles de la UE, que oscilan entre el 17,4% de BYD y el 38,1% del principal socio de Volkswagen, SAIC, porque las tasas no borran por completo la ventaja de precio de los eléctricos chinos. Empresas como BYD también pueden eludir los aranceles instalando fábricas en Estados de la UE amigos, como Hungría y Polonia.
Para China, los vehículos eléctricos son solo la punta del iceberg. Son una fuente de exportaciones en rápido crecimiento, pero con 11.500 millones de dólares el año pasado, representan el 2% de las exportaciones chinas a la UE, calculamos. El país envía a la región desde equipos de telecomunicaciones hasta paneles solares. En conjunto, la UE representó el 15% de las exportaciones chinas en 2023, y es su segundo mayor mercado de exportación, según datos de las aduanas chinas.
La Eurocopa de fútbol es un buen recordatorio del gran interés de China por el mercado occidental. BYD ha tomado el relevo de Volkswagen como principal mecenas del torneo. El fabricante chino de productos electrónicos Hisense Home Appliance, valorado en 7.000 millones de dólares, patrocina paneles de televisión y tecnología de arbitraje asistido por vídeo (VAR). Alipay, filial de Alibaba, es el socio de pago global de la competición.
Para Pekín sería perjudicial añadir una guerra comercial en toda regla con la UE a su escalada con EE UU, aunque China advierte de que tomará “todas las medidas necesarias” para salvaguardar sus intereses. El primer ministro, Li Qiang, advirtió el martes de que “las acciones regresivas de desacoplamiento arrastrarían al mundo a una espiral destructiva”.
Para protegerse, China propone reducir sus aranceles a la importación de vehículos de gran cilindrada procedentes de Europa si Berlín convence a la UE para que retire los aranceles adicionales a los eléctricos chinos, informó Bloomberg citando fuentes cercanas. Los fabricantes chinos también podrían formar empresas conjuntas con sus homólogos europeos, informó Politico, citando a diplomáticos y altos funcionarios anónimos. Esto imitaría la forma en que los fabricantes extranjeros se vieron obligados a operar en el país asiático. Las conversaciones podrían mantener abierto el camino de China hacia Europa.
Una sacudida a la economía
El presidente chino, Xi Jinping, ha presentado sus planes de “una serie de medidas importantes” para reactivar el crecimiento, en un momento en que el país afronta problemas crónicos, desde las finanzas de los gobiernos locales hasta la debilidad del consumo. Sus soluciones se darán a conocer a mediados de julio, cuando unos 370 altos cargos del partido se reúnan en Pekín para celebrar el Tercer Pleno quinquenal.
Las reuniones anteriores sacudieron la economía al abordar cuestiones estructurales. Un cónclave similar en 1978 allanó el camino para que las empresas extranjeras operaran en China; otro en 1993 supuso la liberalización del yuan y la adopción de un mercado socialista. Esta reunión determinará si China vuelve a ser “invertible” a los ojos de los capitalistas.
Las expectativas sobre lo que pueda surgir son dispares; el último pleno se celebra con más de seis meses de retraso y tras un periodo de cambios políticos que culminó con la abrupta destitución de tres ministros. La reunión también se celebra tres años después de una crisis inmobiliaria y tras una liquidación de 2 billones de dólares de la renta variable china entre 2022 y 2023, caída provocada por las medidas regulatorias de Pekín y por el empeoramiento de su relación geopolítica con Washington.
El principal reto de Xi es conducir China hacia un “desarrollo de alta calidad” y, al tiempo, gestionar los desequilibrios financieros. El país necesita una distribución nacional de la renta más eficiente. Una reforma fiscal podría otorgar más ingresos a los endeudados gobiernos locales. También podría darse una expansión de la red de bienestar social, lo cual podría revitalizar el gasto individual.
En concreto, los inversores esperarán que el pleno defina el papel del sector privado. Los gigantes estatales parecían listos para prosperar tras la pandemia, mientras que los tecnológicos, entre ellos Alibaba, se veían reducidos a la mínima expresión. Sin embargo, los últimos mensajes son más acogedores para los empresarios. Xi presidió un simposio en mayo y escuchó opiniones sobre cómo optimizar el entorno para las compañías privadas. También se ha preguntado por qué ha disminuido el número de startups de más de 1.000 millones de dólares, o unicornios.
En un artículo de opinión publicado esta semana en el Diario del Pueblo se pide una mayor apertura a la inversión extranjera, que en 2023 se redujo por primera vez en más de una década. Es mucho pedir que una reunión invierta la tendencia, pero si Xi sigue su retórica reciente, el Tercer Pleno de este año será recordado en el mismo rango que sus iteraciones de 1993 y 1978.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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