_
_
_
_
A fondo
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las deficientes propuestas fiscales para las elecciones europeas

Las ideas del PSOE son un ‘copia y pega’ de las directivas de la UE, y las del PP son inexistentes

Elecciones europeas
Teresa Ribera (PSOE) y Dolors Montserrat (PP), el 3 de junio en un debate electoral.Claudio Álvarez

Los programas fiscales de los grandes partidos españoles deberían centrarse en hablar más de su programa fiscal y económico europeo, en lugar de continuar con la política del y tú más que tanto nos aburre a los ciudadanos.

Si analizamos el programa del PSOE, se podría decir que han hecho un copia y pega de iniciativas que la dirección fiscal de la UE ha venido presentando estos últimos años. Cuando menciona la tributación mínima que debe aplicarse a las multinacionales, se olvida de que ya existe una Directiva al respecto y que España ha sido llevada al Tribunal de Justicia de la UE por la Comisión, precisamente por no haberla implementado en enero pasado en nuestra legislación.

Cuando argumenta cambios en la tributación verde, la armonización en temas relativos a la lucha contra la evasión y la elusión fiscal, entre otras, parece olvidar las propuestas de la Comisión que han sido aprobadas o están pendientes de aprobación. Tampoco puede hacer suya la iniciativa de la Comisión para intentar cambiar la unanimidad por la mayoría cualificada en temas fiscales, la digitalización de la economía, el blanqueo de capitales o la regulación del sistema bancario.

A mayor abundamiento, en temas de fiscalidad no creo que la armonización de todos los impuestos sea la solución (¿acaso tiene algo que ver la economía de Alemania con España para que tengamos los mismos impuestos?).

Por tanto, ¿qué aporta el PSOE para cambiar la política fiscal actual? Pues según se lee en su programa, nada. Cuestión distinta es la estupenda labor que ha llevado a España en su reciente presidencia del Consejo, para lograr que la UE reme en la misma dirección sobre temas fiscales cruciales, (como la Directiva Vida, Faster –sobre la doble imposición–, etc.…). Esto no es mérito de Sánchez o de la ministra, sino del personal del Ministerio de Hacienda y de la Representación Permanente de España en la UE. Poco se ha hablado de esto.

De otro lado, si se busca el programa que el PP llevará a Bruselas en temas fiscales, se encuentra con que no hay programa. Lo que el PP comenta es una reforma fiscal para financiar bajadas de impuestos mediante el uso de los fondos de la UE, pero ¿qué tiene que ver esto con la UE? La fiscalidad es competencia propia de los Estados, son ellos los que tienen soberanía en materia fiscal. La coordinación fiscal (no armonización) que se ha ido consiguiendo en la UE ha sido muy positiva, pero lo que es imposible es que la Comisión proponga a los Estados reducir sus impuestos: no tiene competencia para ello. Tampoco veo que los fondos europeos se puedan utilizar para que los jóvenes no paguen impuestos. Cualquiera que siga cómo va incumpliendo España las reglas de equilibrio fiscal impuestas desde Bruselas, y que sí son su competencia, deducirá que es inevitable una subida de impuestos, que pagaremos en 2025 todos los ciudadanos, para hacer frente al elevadísimo gasto público.

Una cuestión importante es que la Comisión exige el aumento de recursos propios adicionales a los que ya obtiene, y eso se debe a que esos fondos que han recibido algunos países, como España, se tienen que pagar y la UE no cuenta con recursos suficientes. Muchos de los impuestos que España anuncia como posibles ingresos propios, no lo van a ser: un ejemplo claro lo vemos en la tasa Google (aprobada, pero en suspensión), el impuesto a la banca, etc.., dado que la UE ya ha dejado claro que estos serán considerados como tributos que recaudará cada Estado, y que se remitirán a la UE.

En relación con la popular frase más Europa, que utilizan ambos partidos, he manifestado innumerables veces que antes de eso sería necesario una mejor Europa. La solución a todo lo que nos acontece no es renunciar a la soberanía de los Estados miembros y dar todo el poder de decisión a la UE.

Vistas las claras ineficiencias existentes, la que aquí suscribe aboga por que, previamente a cualquier mayor integración, todas las instituciones de la UE lleven a cabo una seria reflexión sobre qué mecanismos deben incorporarse y mejorarse para paliar de forma preventiva las continuas grietas que van surgiendo en el bloque. Ha quedado claro que es más fácil operar en el mercado interior si la empresa es de un tercer país que si es de la UE, ello sin mencionar temas relativos a las ineficientes políticas de agricultura, ganadería o pesca comunitaria, que darían para otro artículo.

Continuar hacia delante, sin mirar hacia detrás y reflexionar, es la clara razón por la que los partidos de ultraderecha se van haciendo un sitio en el Parlamento Europeo. Tanto antieuropeísmo y la falta de interés por parte de los españoles hacia lo que ocurre en la UE se deben a que solamente transciende lo negativo. Hay poca labor didáctica sobre las políticas comunitarias y cómo han cambiado la realidad de los Estados o sobre cuáles son las competencias exclusivas (aprobadas en el Tratado de Funcionamiento de la UE) para la UE y cuáles son las compartidas con los Estados miembros.

Para terminar, me gustaría comentar que lo triste de las elecciones al Parlamento europeo es que la citada institución se ha convertido en un retiro de oro para los políticos que no tienen cabida en el panorama nacional. Como se vota siguiendo la disciplina del partido, tampoco importa que muchos de ellos carezcan de formación técnico-profesional suficiente para entender las políticas europeas. Distinto sería que cada integrante de las listas tuviera que justificar su conocimiento sobre dichas políticas o sobre el Derecho de la UE, para poder ser candidato, pero igual nos quedábamos sin ellos. Partidos como Sumar, Podemos, Ciudadanos, Se acabó la fiesta, Ahora República o Junts i Lliures representan la desesperada salida a Bruselas de políticos o formaciones que no tienen mucha cabida en la España actual.

Europa tiene que hacerse fuerte. Estamos ante un cambio de paradigma muy relevante, y tanto los políticos como los ciudadanos tendríamos que tomarnos en serio el tipo de Europa que queremos. Deberíamos de discutir sobre lo que nos preocupa a los españoles, dado la enorme relevancia del Parlamento europeo en el control de las actuaciones de la Comisión.

Patricia Lampreave es abogado y ex ‘policy maker’ de la Comisión Europea

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_