_
_
_
_
Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El verdadero debate sobre los tipos será el de septiembre

CINCO DÍAS

Si el Banco Central Europeo (BCE) ha esperado mucho antes de bajar los tipos de interés no es un debate que aporte mucho hoy por hoy. El banco activó el modo reposo hace prácticamente tres meses y desde entonces ha telegrafiado el mensaje al mercado: los tipos de interés bajarán el 6 de junio. Como ocurre habitualmente antes de fechas clave, el BCE ha tirado de manual a la hora de asentar las expectativas del mercado (lo que se denomina, en la jerga de banqueros centrales, forward guidance). El vicepresidente Luis de Guindos y el economista jefe Phillip Lane, además de la propia presidenta, han insistido en un mensaje doble. Los tipos bajarán el próximo jueves pero después el sendero está abierto. El BCE asienta las expectativas con moderación.

Fuera de este mensaje el mercado asiste al habitual torneo de esgrima entre distintas facciones. Algunos miembros del consejo de gobierno propusieron un recorte en abril. El ala dura, mientras tanto, ni siquiera daba por hecho el de junio. Un debate un tanto artificioso. Ambos lados preparan el terreno para la cuestión clave: la senda de tipos posterior al verano, cuando los bloques pueden chocar con algo más de ruido.

Palomas

Lane, inclinado hacia el lado de las palomas (el menos estricto a la hora de abordar riesgos inflacionistas) apuntó este lunes que dicha senda seguirá siendo restrictiva durante 2024. Traducido al lenguaje terrenal, es una declaración (más) para sacar de la cabeza de los inversores la perspectiva de una bajada en serie de los tipos. El BCE se fijará en los datos, razona la entidad intentando (lógicamente) despejar balones ante una cuestión divisiva.

Lane viene a poner letra a una música que suena desde hace unas semanas. Primero, porque el crecimiento económico en la zona euro ha emitido, finalmente, algunas señales positivas. La autoridad monetaria tiene, así, menos premura por prolongar los recortes. El segundo cambio viene del otro lado del Atlántico: el mercado prevé o bien un recorte de tipos en septiembre (en el mejor de los casos) o que se quede todo como está hasta 2025. Un escenario que añadiría un tercer elemento a la ya difícil labor del BCE, pues si el diferencial de tipos con la Fed se prolonga y amplía, el tipo de cambio puede introducir inflación en la eurozona.

De aquí a septiembre, en todo caso, queda un mundo (en términos económicos y geopolíticos) para que el BCE navegue entre cumplir a rajatabla su mandato y la necesidad de sacar a Europa del riesgo del estancamiento. Ojalá prime la altura de miras.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_