Vodafone podría tener que responder a la llamada de Iliad desde Italia
La despiadada competencia y la caída de los beneficios en el país hacen difícil ignorar la nueva oferta de Xavier Niel
El fundador de Iliad, Xavier Niel, vuelve a la carga. Menos de 24 meses después de presentar a Vodafone una oferta por su negocio italiano, el francés intenta atraer a la nueva jefa de la firma británica, Margherita Della Valle, para un nuevo acuerdo. La despiadada competencia y la caída de los beneficios en Italia hacen difícil ignorar la oferta.
La última propuesta de Niel valora Vodafone Italia en 10.450 millones, solo un 8% menos que los 11.250 millones que ofreció en 2022, cuando Nick Read dirigía la teleco británica. A 7,8 veces el ebitda tras arrendamientos de la unidad en 2024, la nueva oferta supera el múltiplo de 7,1 veces implícito en su oferta anterior. Pero esta vez Niel está usando un familiar esquema de empresa conjunta para ganarse a Della Valle. Según el plan, Vodafone e Iliad tendrían cada una el 50% de una nueva firma fusionada, y el vehículo italiano de Iliad –valorado, calculamos, en unas 17 veces su ebitda tras arrendamientos– tendría la opción de comprar más acciones a Vodafone a un precio fijo. Para igualar los dos negocios –que figuran como segundo y tercer operadores móviles de Italia, respectivamente, por ingresos–, Vodafone recibiría 6.500 millones en efectivo, e Iliad, 500 millones de la nueva entidad. El negocio combinado tendría una deuda neta sobre ebitda tras arrendamientos de 4,5 veces, similar a la de la muy apalancada Telecom Italia. Pero la deuda podría bajar si el plan de reestructuración de Iliad, que prevé un ahorro anual de más de 600 millones, funciona.
La operación ofrece a Vodafone una salida rápida de sus problemas en Italia. El ebitda tras arrendamientos de la unidad ha bajado un 15% en los últimos 12 meses, pasando de 1.600 millones en 2022 a 1.340 millones en 2023, según una fuente cercana. Della Valle señaló Italia como uno de los tres mercados en los que podría valorar una fusión o una venta de activos para aumentar la rentabilidad. Tras cerrar acuerdos con Three UK y Zegona en Gran Bretaña y España, respectivamente, puede que no quiera perder la oportunidad de salir de Italia. Según la prensa, la ejecutiva también ha estado considerando la opción de asociarse con Fastweb, el operador de banda ancha de Swisscom. Pero ese acuerdo le daría más peso en el negocio fijo sin aliviar la feroz competencia móvil.
Para Della Valle, responder a la nueva llamada de Niel parece una opción sensata.
Altice y Oriente Próximo
El fundador de Altice, el multimillonario franco-israelí Patrick Drahi, afronta un duro revés de la fortuna. Un muro de deuda de 55.000 millones de euros amenaza con hundir el imperio que construyó en una época de bajos tipos. Necesita ayuda para mantenerse a flote, y los inversores del Golfo pueden ser su mejor salvavidas.
Nacido en Marruecos, este hombre de 60 años, hijo de dos profesores de matemáticas, ha construido un grupo que abarca EE UU, Europa, el Caribe e Israel, y está dividido en tres unidades financiadas por separado. El principal problema está en Francia, donde tiene 24.000 millones de deuda que vencen en 2029. La firma, segunda teleco del país, tenía una deuda equivalente a 6 veces el ebitda en el tercer trimestre, muy por encima de su objetivo de 4,5. La feroz competencia hizo que los ingresos cayeran un 1,7% entre enero y septiembre. Algunos bonos de Altice France con vencimiento en 2027 rendían un 35% a finales de noviembre, según LSEG, señal de la preocupación de los inversores.
La solución de Drahi es vender activos de su imperio, que ahora no cotiza, a excepción de la parte de EE UU. Primero, Portugal, que forma parte de Altice International, la tercera rama junto a Francia y EE UU. El precio de Altice Portugal supera los 7.000 millones, según Bloomberg. Teniendo en cuenta que sus homólogas, como Vodafone y Deutsche Telekom, valen de media 5-6 veces el ebitda, incluida la deuda, parece más probable una valoración de 5.000-6.000 millones. Drahi también podría vender el negocio publicitario de Altice International, valorado en unos 1.500 millones, según los banqueros.
Puede no bastar. Altice International tiene una deuda equivalente a 5 veces el ebitda de 2022, por lo que sus propios acreedores pueden ser reacios a ver salir demasiado dinero del negocio para rescatar la parte de Francia. Así, Drahi podría tener que captar capital directamente para esta rama. Una ampliación de 4.000 millones en efectivo reduciría la deuda a unas 5 veces el ebitda.
Drahi tendría que encontrar un inversor con mucho dinero. Las empresas de Oriente Próximo podrían encajar: tanto e&, de Abu Dabi, como la saudí STC acaban de adquirir participaciones en telecos europeas muy endeudadas (Vodafone y Telefónica). También tendría que garantizarse la aprobación del Gobierno francés, dado que supondría que los nuevos inversores tomaran una gran participación en una parte clave de la infraestructura francesa. Emmanuel Macron ha estado cortejando a los inversores del Golfo y tiene previsto nombrar a un embajador para gestionar las relaciones con los fondos soberanos de la región.
Una inversión en Altice France sería una apuesta difícil. El escándalo de corrupción de Portugal podría tardar años en aclararse. Y los nuevos inversores seguirían siendo dueños de una participación en un grupo relativamente endeudado y de lento crecimiento. La esperanza es que Francia pueda beneficiarse algún día de la concentración: sus rivales Free –de Niel–, Orange y Bouygues Telecom están valorando opciones estratégicas. Para arreglar Altice, Drahi tendrá que buscar ayuda en todos los rincones del mundo.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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