El nuevo reto del coche eléctrico chino es la eficiencia de costes
Ha demostrado que puede competir con rivales más maduros, pero sus pérdidas están yendo al alza
Los paladines chinos del coche eléctrico afrontan su próximo gran test: reducir costes. Nio y Xpeng han demostrado que pueden competir con fabricantes más maduros gracias a su sofisticado software y otras innovaciones. Pero sus pérdidas están yendo al alza.
La reciente guerra de precios no ha ayudado. Los resultados de Nio arrojaron unos números rojos de 6.000 millones de yuanes (770 millones de euros) en abril-junio: casi el 70% de los ingresos, frente al 27% del año anterior. En el mismo periodo, las pérdidas netas de Xpeng se dispararon hasta el 55% de los ingresos, desde un tercio.
La presión sobre los ingresos persiste. Aunque Tesla está a punto de subir los precios del Model Y en China, marcas más pequeñas que navegan por el fragmentado mercado del país siguen compitiendo por rebajarse unas a otras. Al menos cuatro recortaron sus precios en la primera semana de noviembre, según Citi. Por su parte, Tesla estudia productos más baratos para Europa, donde se están expandiendo los fabricantes chinos.
Eso no deja otra opción que reducir los gastos generales. Nio está recortando o retrasando inversiones que no contribuirán a los resultados en los próximos tres años, escribió su fundador, William Li, en una carta interna del día 3, a la que hemos tenido acceso. La empresa, valorada en 12.000 millones de euros, también está recortando el 10% de su plantilla, según Li.
Xpeng está racionalizando discretamente procesos clave, como el de compras, así como su equipo directivo: el CEO, He Xiaopeng, declaró que la firma había eliminado 10 puestos de altos ejecutivos a lo largo del año como parte de una revisión organizativa.
Escatimar puede ser contraproducente en áreas como la investigación, donde las marcas tecnológicas no pueden permitirse quedarse atrás. Y algunas variables escapan a su control, como los sueldos. Están subiendo, pese a que los fabricantes chinos de eléctricos no afrontan la inflación ni las huelgas que obligaron a GM, Ford y Stellantis a elevar los sueldos.
Pero algunos proyectos podrían congelarse más fácilmente, sobre todo los más experimentales o tangenciales, como los smartphones de Nio y los coches voladores de Xpeng.
Un empleado chino del sector bromeó, en privado, diciendo que trabajan para una tecnológica que está aprendiendo a ser una automovilística. Nio y Xpeng están empezando a tomarse en serio esas lecciones.
Rivian
Para Rivian, acercarse a la viabilidad puede parecer una humillación. El valor de mercado de este fabricante de camiones a batería de EE UU, valorado en 16.000 millones de dólares, eclipsó a GM y Ford cuando salió a Bolsa en 2021. Pero ahora que el bum eléctrico se desvanece y otros aspirantes como Lucid topan con obstáculos, avanzar en la dirección correcta ya es una victoria. El jefe, RJ Scaringe, está recibiendo un impulso de las camionetas y furgonetas de reparto, lo cual se parece a la estrategia de Ford, pero sus pérdidas en los eléctricos se están reduciendo, mientras que las de su rival se están ampliando.
Para ser claros, Rivian está perdiendo mucho dinero. Tras alcanzar una valoración de 93.000 millones hace dos años, su acción ha caído un 83% por los problemas de producción. Aunque el martes anunció una reducción de las pérdidas y un aumento de los ingresos en el tercer trimestre, siguió gastando más de 1.000 millones en efectivo. Pero la economía unitaria está mejorando: tras ajustar los cambios en las amortizaciones de inventario y las ventas a crédito regulatorias, las pérdidas brutas por vehículo cayeron a unos 37.500 dólares desde los 56.200 del trimestre anterior. Por si fuera poco, Rivian ha elevado su objetivo de producción para el año.
Compárese con Lucid, cuyos ingresos cayeron casi un 30% interanual, y cuya producción estará un 20% por debajo del objetivo. La está desacelerando para “alinearse con las entregas”, aludiendo a la debilidad de la demanda. También salió a Bolsa en 2021, mediante una SPAC, por 24.000 millones. Su acción ha caído un 41% este año, frente al 8% de Rivian. A otras startups de la época de bonanza les está yendo aún peor, como Lordstown Motors, que se declaró en quiebra en junio.
A diferencia de Lucid, cuyos sedanes afrontan la dura competencia de rivales como Tesla, Rivian también se beneficia de dirigirse a un nicho de mercado con su camioneta eléctrica R1T. La Cybertruck de Tesla aún no se vende, por lo que la F-150 Lightning de Ford es su único rival importante, y Rivian la supera en ventas, según Cox Automotive. Además, el vehículo de reparto comercial de Rivian, que aporta el 30% de sus ventas, dejará de ser exclusivo de su inversor Amazon, lo cual abre una vía para competir con la e-Transit de Ford de cara a clientes empresariales.
La operación de Scaringe sigue siendo de pequeña escala: sus 15.564 entregas en el trimestre son menos de la mitad del número de eléctricos entregados por Ford, y un orden de magnitud por debajo de Tesla. Para llegar a un mercado mucho mayor, puede que tenga que competir con más energía en precio, lo que afectaría a su retorno. Aun así, a diferencia de Ford, cuyas pérdidas por baterías aumentaron la mitad este trimestre, Rivian está avanzando. Y con más de 9.000 millones en efectivo tras una reciente ampliación de capital, tiene camino por recorrer. Pero las mejoras a partir de aquí serán más difíciles. Va por delante, pero no está fuera de peligro.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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