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El Foco
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La exigente generación Z reta a la economía alemana

El 25% de los contratos de FP se rescinden antes de que terminen. La misma cuota de fracaso se da en la universidad. No llevan la batuta, pero ya marcan la pauta

Berlin
"Nuestro futuro en tus manos" es el eslogan que tienen dos jóvenes pintado en sus manos durante la manifestación en Berlín (Alemania).Annegret Hilse (Reuters)

Llega al mercado laboral la generación Z alemana con sus elevadas exigencias: work-life-balance y realización personal en semanas de cuatro días. Y llega con ímpetu y mucho poder por el déficit estructural de personal cualificado y por la jubilación de los baby boomers. En Alemania se la vincula con la diversión en la vida y en el trabajo. “Son exigentes y no dudan en cambiar de empresa, si su puesto no les llena”, según la consultora Horváth, de Stuttgart. Una aparente incongruencia en tiempos de crisis y retos geopolíticos colosales que obligan a Alemania a cambiar el paso.

Nacida a partir de 1995, la generación Z ha crecido con el móvil inteligente que ha revolucionado la vida digital. “Siempre online, impaciente y desafiante; de elevada conciencia medioambiental y de vida sana”, así la describe la auditoría PwC. Con consecuencias como consumidores: el 44% tiene una aplicación de salud en su móvil y el 62% está dispuesto a pagar más por productos de su región. Interesados por seguir una vida sana, tienen elevadas expectativas: buscan productos y servicios “rápidos, intuitivos, divertidos y sostenibles”, según Christian Wulff, jefe de PwC Alemania, Europa, Oriente Próximo y África. Y defienden la sostenibilidad con mayúsculas, por ello evitan plásticos y embalajes innecesarios y orientan su consumo hacia lo regional, eco y bio. La salud tiene prioridad. Y viven y viajan de otra manera, buscan alternativas al hotel y pernoctan en casa de familiares y amigos. Es la generación que sigue a la Y, a los millennials caracterizados también por la búsqueda del equilibrio entre profesión y ocio y una vida laboral con sentido.

La Z germana no lo tiene fácil: sobre todo a la hora de decidir su futuro profesional en una economía que busca talento en los macrotemas como digitalización y energía y en un momento en el que las profesiones están cambiando radicalmente. Sin embargo, su actitud y su desorientación son un reto para la economía alemana. Y, a largo plazo, un riesgo, según la autora Ronja Ebeling, especializada en su generación (ella también es Z (1996)). El 25% de los contratos de formación profesional se rescinden antes de que terminen. La misma cuota de fracaso se registra en los estudios de grado universitario. Votan por igual a los liberales (FDP) y Los Verdes (muy por delante de los dos grandes partidos), pero asumen posiciones críticas. Así los jóvenes verdes creen que su partido, que gobierna en coalición en el tripartito de la Cancillería, no les representa, porque su realismo le aleja del cambio ecológico drástico y de una política consecuente contra la crisis climática y el ascenso de la ultraderecha. En su congreso en octubre en Leipzig concluyeron: “Solo sabemos que el planeta se quema.” Ebeling subraya que a su favor tienen una gran empatía social, un espíritu crítico, y una curiosidad inmensa.

La pandemia fue un freno para la generación Z. El bolsillo de los padres, también. Según el Instituto de la Economía alemana IW, de Colonia, el 42% de los jóvenes de 17 años trabajan paralelamente a sus estudios para pagarse sus gastos; por ejemplo, para financiar la obtención del carnet de conducir, que asciende a 3.000 euros. Actualmente, los créditos estatales para formarse profesionalmente son el doble de caros que los créditos baratos ofrecidos a las familias con ingresos medios para adquirir vivienda. Los investigadores de IW proponen incrementar la formación universitaria dual e invertir en orientación profesional práctica. Hasta ahora, los institutos de bachillerato solo contemplan una semana práctica anual en la que los chicos de 15 años se buscan una empresa para trabajar y conocer de cerca su eventual futuro profesional. En cualquier caso, la generación Z tampoco duda en interrumpir su formación profesional dual si no le interesa o no lo ve claro. Algo impensable hasta hace poco. La legendaria firma Kärcher, de Winnenden, lo expresa así: es una generación menos fiel, que no duda en dejar la empresa en la que se forma si no le convence la tarea. En general, son chicos bien formados que se presentan convencidos de sí mismos en el mercado laboral. Apuestan por el trabajo en equipo y en proyectos y no parecen proclives a carreras ascendentes. Kärcher: “No se definen por la vida laboral. Buscan que el trabajo tenga sentido, les enriquezca y les entretenga.”

Según una encuesta representativa de Allensbach realizada en 2022, solo el 48% de los jóvenes entre 14 y 26 años afirma que el sueldo es importante en la elección laboral. Es una generación que quiere disfrutar con lo que hace. Para el 91% es importante tener amigos y buenas relaciones en el puesto de trabajo. Y el 82% quiere “pasárselo muy bien” en su trabajo. Hacerlo online es por eso una opción. Muchos jóvenes trabajan desde el extranjero, con la ventaja de que su sueldo alemán les permite una vida más holgada fuera de su país. El destino preferido de los alemanes que emigran es Suiza, seguido de Austria y EE UU. España, sobre todo Mallorca, es otro destino.

Y si hay que emigrar, no lo dudan. En 2022 emigraron muchos jóvenes académicos al extranjero. En total, 270.000 ciudadanos alemanes; sobre todo jubilados y gente joven. Los estudiantes saben que se les reconoce su cualificación y buscan, en contrapartida, nuevas posibilidades profesionales, niveles más elevados de vida, sol y naturaleza.

Su pensamiento crítico le lleva también a otros modos de consumo. Alemania está dejando de consumir carne diariamente. En 2015, el 34% de los ciudadanos decía que comía carne o embutido cada día. Hoy solo el 20%. Cada vez más gente consume productos alternativos a la carne. En solo 3 años se ha duplicado el porcentaje de la población vegetariana y vegana, pasando del 5 al 10%. Se trata sobre todo de mujeres y gente joven que argumentan con razones medioambientales y de protección a los animales. Pero también dicen que lo vegano y lo vegetariano sabe bien (63%) y es sano (48%). Los supermercados Lidl han anunciado que aumentarán considerablemente su oferta vegana y vegetariana y que, ante la inflación, atará precios. Lidl ofrece 650 productos vegetarianos, de los cuales 100 corresponden a su marca vegana Vemondo. Entre los jóvenes también hay muchos flexitarios, que consumen carne solo esporádicamente. El 41% de los ciudadanos alemanes son ya flexis. Los zeta no llevan la batuta, pero están ya marcando la pauta.

Lidia Conde es periodista y analista de economía alemana

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