El interés por las telecos europeas, y la ventaja de que el petróleo esté caro
La saudí STC se suma al afán inversor en operadoras como Telefónica o Vodafone
La compra del 9,9% de Telefónica por parte del grupo saudí de telecomunicaciones STC obligará al Gobierno a tomar una decisión delicada. La operación supera el 5% del capital, el umbral a partir del cual la entrada de inversores extranjeros en empresas relacionadas con la defensa y la seguridad deben recibir el visto bueno del Ejecutivo.
Las declaraciones de la operadora árabe van, en todo caso, en un sentido claro de mantener la confianza hacia la actual cúpula de la empresa; se trataría, pues, una inversión pura, alejada del activismo. Hay precedentes recientes en esa misma línea, como la compra de un 9,8% por parte de e&, la teleco de Abu Dabi, en la multinacional Vodafone.
Las operadoras europeas atraviesan un momento difícil en cuanto a rentabilidad, al tiempo que confían en que la Comisión Europea abra la mano para permitir la concentración empresarial. STC, como e& o KKR, que está en negociaciones para comprar la red fija de Telecom Italia, están tomando, a precios atractivos, posiciones de cara a los posibles movimientos que saquen del estancamiento a las valoración de las compañías.
Cellnex hace de la obligación virtud con la venta de torres en Francia
Cellnex va a hacer de la necesidad virtud, y aprovechará la venta de 2.353 torres en Francia, obligadas por las autoridades competencia, para aliviar su deuda, que se ha vuelto una preocupación de primer orden con la subida de los tipos de interés.
Hace dos años compró la compañía Hivory, y el regulador galo le ordenó desprenderse de 3.226 emplazamientos de los adquiridos, en un plazo de 30 meses. No es que vaya a andar escaso de infraestructuras en el país vecino: para 2030, prevé gestionar hasta 30.000, que dan servicio a Bouygues Telecom, Free y SFR.
Que el petróleo esté caro es bueno, aunque sea un poco, para el medio ambiente
Pese a los discursos de los políticos contra el consumo de petróleo, este sigue subiendo, aunque solo sea porque la población también crece. Así que los productores tienen incentivos para producir menos, puesto que saben que la demanda es razonablemente inelástica.
En el fondo, que Arabia Saudí o Rusia recorten el número de barriles que sacan al mercado hace un bien al medioambiente, puesto que desanima a los usuarios, aunque sea un poquito, de gastar todavía más. De paso, alegran las carteras de los inversores en el sector, que se mantienen en él a pesar de la mala fama que conlleva. El hecho de que las compañías estén reduciendo su inversión y dediquen los beneficios a elevar la remuneración al accionista señala la incertidumbre que vive la industria.
La frase del día
“El alto y permanente nivel de estrés de mi trabajo ha tenido consecuencias para mi salud. He meditado mi decisión con detenimiento y he decidido dimitir”
Urban Angehrn, jefe saliente de Finma, el regulador financiero suizo
Lo sorprendente sería que no hubiera más sorpresas con los bancos
Aunque las crisis suelen olvidarse pronto, sobre todo cuando son moderadas, es importante aprender las lecciones y estar atentos para prevenirlas, si es posible. Es lo que recuerda el Consejo de Estabilidad Financiera, el organismo internacional que sigue teniendo en mente que hace solo unos meses el sistema bancario mediano de EE UU tembló, al igual que el suizo en general, con la quiebra de Credit Suisse. Aunque fueron sucesos puntuales, y el paso del tiempo así lo atestigua, es muy posible que haya más entidades expuestas a las subidas de tipos y al deterioro de la valoración de activos como los inmobiliarios. Las normas bancarias han puesto múltiples amortiguadores, pero lo sorprendente sería que no hubiera ninguna sorpresa más.
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