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Tribuna
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El almacenamiento evoluciona en busca del control del dato

Los ciberataques se han convertido ya en un problema diario para las empresas

USB.
USB.Majin Bu

Cuando hablamos de ciberseguridad, normalmente pensamos algo lejano o asociado a incidentes concretos dirigidos a organizaciones mundiales o internacionales de gran tamaño. Sin embargo, en una era cada vez más digitalizada, los ciberataques se han convertido ya en un problema diario para las empresas de todo tipo, un escenario que ha derivado en la importante necesidad de salvaguardar los datos sensibles y críticos. Y es que mantenerse protegido contra las amenazas actuales, en constante evolución, se ha convertido en una tarea ímproba.

Las consecuencias de estos ataques no se limitan solamente a la propia vulneración de los datos (que podría derivar en problemas regulatorios y legales), sino que también conlleva pérdidas económicas, interrupciones en la actividad de los negocios, o la pérdida de la confianza e imagen ante los clientes. Si bien es cierto que actualmente se puede apreciar un cambio notable en la inversión en ciberseguridad, esta debe llegar a ser una parte intrínseca de las propias compañías.

Por ello, más allá de la propia protección digital, los departamentos de TI continúan buscando diferentes soluciones físicas con las que almacenar y transferir sus datos. En 2021, el 69% de las organizaciones utilizaba soluciones cloud como copia de seguridad, según la investigación The Evolution of Data Protection Cloud Strategies hecha por ESG (Enterprise Strategy Group). Un servicio que en muchas ocasiones queda fuera del alcance económico de las empresas, y que, además, está mostrando un desarrollo en seguridad más lento que el de los hackers.

En contraparte, la evolución de los sistemas de almacenamiento no se ha limitado exclusivamente a la ampliación de su capacidad o velocidad de transferencias, agregando avances significativos en términos de encriptación y protecciones contra la manipulación. De hecho, actualmente podemos encontrar dispositivos cotidianos tales como las memorias flash portátiles, más conocidas como los clásicos USB, que equipan mejoras tecnológicas como teclados con claves de bloqueo para garantizar el acceso exclusivo de sus legítimos dueños. Características que podemos ver replicadas e incluso ampliadas en otras unidades de almacenamiento como las SSD externas, que llevan la seguridad aún más lejos en términos tanto digitales como físicos.

Y es que, si una empresa u organización cuenta con dispositivos físicos de almacenamiento, está ganando mucho en el plano de la seguridad ante la posibilidad de un ciberataque o filtración de datos.

De esta manera, se logra ofrecer un control integral que incluye la auditoría de todos los datos transferidos y la identidad de quienes los manejan, además de la posibilidad de bloquear las unidades en caso de detectarse cualquier amenaza. Este tipo de control centralizado supera con creces los niveles de protección ofrecidos hoy en día por la mayoría de los prestadores de servicios en la nube, y poco a poco se está produciendo la desaceleración de este tipo de infraestructura de datos íntegramente digital en muchas empresas.

No cabe duda de que la protección de los datos está tomando un papel protagonista en las empresas de todo el mundo, mientras la información continúa cobrando un valor añadido exponencial con el paso de los años.

Jordi García es Iberia Team Leader de Kingston

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