Extraños en la inversión hotelera y la vuelta a las trincheras de la Federación de Fútbol
Las ganas de diversificar en el turismo superan al temor a las crisis
¿Quién teme al calentamiento global, la crisis energética o la inflación alimentaria? Desde luego no la inversión hotelera, en particular en establecimientos de lujo. Sin ir más lejos, el grupo Fuertes, dueño de la marca El Pozo, está diversificando su negocio comprando hoteles –¿quizás previendo un descenso de la compra de carne ante el auge del vegetarianismo?–, y está cerca de cerrar la adquisición del conocido complejo Marina d’Or (ciudad de vacaciones) por casi 70 millones de euros.
El Corte Inglés, más cercano a esta industria por su experiencia con su agencia de viajes, está creciendo también en alojamientos turísticos en colaboración con la cadena Palladium. Para ello, planea convertir dos inmuebles madrileños en un hotel pegado a uno de sus centros comerciales (para que todo quede en casa).
La fabricación de materiales para cocina y hogar podría considerarse prima lejana del negocio hotelero; y Cosentino quiere estrechar el parentesco invirtiendo en un complejo abandonado de Mojácar (Almería). Tres empresas de orígenes muy variados que convergen en un mismo objetivo.
El trauma de 2008 y el aguante del empleo mantienen controlada la morosidad
La crisis de 2008 fue traumática en el mundo en general y en particular en España, con ejecuciones hipotecarias y otras experiencias dolorosas que hicieron rectificar tanto a los bancos como a los usuarios en cuanto a la asunción de riesgos. La morosidad bancaria se resiste, por suerte, a subir: en junio volvió a bajar hasta el 3,5%, el nivel más bajo desde hace 15 años.
Además de una mayor disciplina en el crédito, esta inusitada situación se debe al aguante del empleo (a costa de los salarios reales).
Invertir en tecnológicas, más allá de las opciones evidentes
Se pueden considerar tecnológicas a empresas de muy distintos sectores: lo son todas las manufactureras. Pero suele adscribirse el adjetivo a aquellas que desarrollan industrias de moda, como las de internet o las de chips, que además están muy interrelacionadas. El fondo Renta 4 Megatendencias Tecnología intenta ir más allá de las opciones típicas, como Apple, y bucea en las que hacen los picos y las palas, como Entegris, que elabora soluciones químicas para hacer chips. Empresas que quizá puedan adaptarse mejor a virajes tecnológicos cruciales. El fondo invierte también en otra acción más obvia, ASML, que no tiene competencia en su nicho. Y en China, donde empresas como Alibaba cotizan con descuento por la incertidumbre asociada a la imprevisibilidad del Gobierno.
La frase del día
“No sé quién lo hizo [matar a Yevgeny Prigozhin, jefe del grupo paramilitar ruso Wagner]. Pero conozco a Putin. Es una persona prudente, muy tranquila e incluso pausada. Esto ha sido un trabajo demasiado rudo y poco profesional para ser suyo”
Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia
La Federación de Fútbol vuelve a atrincherarse... ya contra todos
En un giro inesperado de los acontecimientos, Luis Rubiales, presidente de la Federación de Fútbol, se negó el viernes a dimitir, como se le reclamaba desde el poder político y desde el mundo del deporte. También empezaron a sumarse patrocinadores de la selección, como Iberia, obviamente incómodos con la imagen del enrocado directivo.
No es la primera polémica en torno a Rubiales, pero sí la que ha concitado un rechazo más unánime. En un mundo –el del fútbol, y no solo el español– acostumbrado a regirse por sus propias reglas, no es el primer dirigente, ni será el último, que acaba saliendo a la fuerza de su puesto. Aunque la experiencia indica también que esa no es tarea fácil y que, quizá por ello, atrincherarse es la norma.
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