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La tribuna de los fondos
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Empresas chinas: ¿cómo navegan gestores e inversores en sus turbulentos mercados?

Mientras los europeos persisten apostando por fondos de Bolsa del país, los de EE UU optan por una retirada paulatina

Bolsa de Hong Kong.
Bolsa de Hong Kong.TYRONE SIU (REUTERS)

En 2021, BlackRock estableció la primera gestora en China con propiedad 100% extranjera. En ese momento, las palabras de Larry Fink al calificar esta acción como “una de las mayores oportunidades de inversión” no sorprendieron a nadie. Con una aportación al PIB mundial del 17%, China superaba a Japón y a la Unión Europea como potencia económica y tenía el mayor mercado de consumidores del mundo: 1.400 millones.

Dos años después, la mayor gestora del mundo sigue con dificultades para competir con las entidades locales y ocupa el puesto 145 por activos bajo gestión entre un total de aproximadamente 200 firmas. Si este titán de la inversión encuentra obstáculos, es fácil imaginar los desafíos que afrontan otros. Según un reciente artículo publicado en el Wall Street Journal, los bancos de inversión y gestoras estadounidenses están pausando, desacelerando e incluso retirando sus inversiones en China. Sin embargo, es diferente la inversión en el país de la inversión en las propias empresas chinas: ¿están liquidando los inversores estadounidenses sus acciones de compañías chinas en la actualidad? ¿y los europeos?

A principios de 2020, los inversores americanos y europeos apenas tenían posiciones en los mercados chinos. En China existen tres mercados: Hong Kong, Shanghái y Shenzhén. La Bolsa de Hong Kong es la más antigua y en la que podían comprar más fácilmente los forasteros. Las otras son bastante jóvenes, nacieron en 1990, y hasta 2019 tenían muy limitado el acceso a los extranjeros; se requería autorización del Gobierno.

Aunque, por capitalización, las Bolsas chinas estaban entre las diez primeras: Shanghái es la cuarta Bolsa más grande del mundo, Hong Kong la sexta y Shenzen la octava. Debido a las restricciones, su peso en los índices globales de MSCI era poco significativo.

Cuando el Gobierno chino anunció que abriría sus mercados en 2019, MSCI decidió que haría una inclusión progresiva de las acciones A (cotizan en la China continental, en renminbi). Con la inclusión en estos índices, entidades como Goldman Sachs estimaban un aumento considerable de la inversión internacional en compañías chinas, dado el patrimonio en fondos que siguen estos índices.

Anteriormente, en 2014, Alibaba había decidido salir a cotizar por primera vez en la Bolsa de Nueva York. La colocación fue todo un éxito, lo que animó a otras empresas chinas a listarse en los mercados americanos. Los anuncios posteriores a 2019 no agradaron al politburó chino y Alibaba decidió que sus acciones se negociaran también en Hong Kong.

Desde su inicio, 2019 fue un año fantástico para todos los fondos de renta variable chinos, con incrementos generales que superaron el 30%. Entre los destacados se encontraba el JPM China A, que experimentó un aumento de más del 50% con acciones negociadas en los mercados de Shanghái o Shenzhán. Asimismo, el UBS Greater China logró un crecimiento superior al 40%, invirtiendo en acciones tanto chinas como taiwanesas, negociadas en diversos mercados, incluyendo los estadounidenses. El interés de los inversores me llevó a escribir el artículo El reto de invertir en la compleja china.

En 2020, la acertada gestión inicial de la pandemia, cuando, a falta de vacunas, el Gobierno chino implementó estrictas medidas de confinamiento, volvió a poner el foco de los inversores en China. Para mediados de ese año, los mercados chinos habían capturado el interés de un gran número de gestoras internacionales. De hecho, la mayoría de los flujos de inversión extranjera en fondos y ETF de renta variable china se ha materializado en los últimos tres años.

Algunos de los fondos más grandes registrados en España, como el JPM China A o el Aberdeen China A, siguen atrayendo inversiones de europeos, e incluso el mes pasado registraron entradas de capital. Esto contrasta con las noticias sobre grandes inversores como Warren Buffett, quien ha vendido sus acciones chinas.

Aunque los flujos de inversión provenientes de Estados Unidos hacia fondos y ETF de acciones chinas se mantienen positivos en este 2023, durante los últimos seis meses se han observado salidas por un 7% del patrimonio total.

El MSCI China, que incluye acciones chinas de todos los mercados, tocó máximos a mediados de 2021 y, desde entonces, corrige casi un 40%. Entre tanto, el MSCI World, que no incluye emergentes, se revaloriza más de un 10%.

En lo que va de siglo, el MSCI China obtiene una rentabilidad en euros superior al MSCI World. Pero, eso sí, con dos periodos muy diferentes: de 2001 hasta 2007 y desde 2008 hasta la actualidad. En la primera parte, la Bolsa china multiplicó casi por 3, mientras que la mundial, lastrada por la tecnología y el dólar, no logró empatar; desde 2008, es el MSCI World el que multiplica por más de 3 y China solo por 1,3.

El siglo XXI empezó digiriendo la ruptura de la burbuja tecnológica y la mayor sobrevaloración la tenían las Bolsas americanas. Pero, a finales de 2007, eran los mercados chinos los que tenían un PER cercano a 30 (ahora por debajo de 12). Desde 2010, los mercados chinos han mantenido un PER entre 6 y 12 puntos por debajo del S&P 500. Pero las diferencias en valoración pueden mantenerse largo tiempo.

A la hora de invertir en compañías chinas, quizás convenga seguir un proverbio atribuido a Confucio que, con más poesía, viene a decir lo que nuestro refrán: En la moderación está la virtud.

Marta Díaz-Bajo es socia directora de soluciones de inversión de Atl Capital

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